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BOGOTA, (AFP) – La suerte de Emmanuel emocionó primero y luego creó una gran intriga. Es que ahora existe la posibilidad de que este niño nacido en cautiverio, símbolo del drama de los rehenes de las FARC en Colombia, haya escapado hace un tiempo, según las autoridades. Emmanuel es hijo de la rehén Clara Rojas, la asistente de la ex candidata presidencial y también rehén Ingrid Betancourt.
Emmanuel dio su nombre a una operación lanzada con la esperanza de recuperarlo de la selva junto a su madre y otra rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pero el presidente colombiano Alvaro Uribe provocó una sorpresa cuando emitió el lunes la hipótesis de que este chico, nacido de la relación consentida entre Rojas y un guerrillero, se encontraría en un hogar del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF, estatal) en Bogotá.
«Las FARC no cumplieron la promesa de liberar a los rehenes, porque no tienen en su poder al niño», afirmó Uribe para justificar el fracaso de la misión humanitaria, que la guerrilla imputó al hostigamiento del ejército.
Su homólogo venezolano Hugo Chávez, ante quien los rebeldes se habían comprometido a liberar las tres personas, reprochó a Uribe por haber «dinamitado» el proceso con estas declaraciones.
De acuerdo a lo informado por el mandatario colombiano, el servicio de contraespionaje colombiano habría interceptado hace algunos meses, en el centro del país, un mensaje por radio de las FARC que daría a entender que Emmanuel no estaba más en manos de la guerrilla.
Las autoridades ordenaron de inmediato una investigación en los centros infantiles de la región donde se presume se encuentran los rehenes.
Después del estudio de una centena de menores, los servicios de inteligencia hallaron el inquietante caso de un chico, de un padre desconocido, retirado de un hogar de San José de Guaviare, unos 300 kilómetros al sudeste de Bogotá, y confiado desde hace más de un año a un centro del ICBF de la capital.
«Este niño presenta similitudes físicas con Emmanuel. Ha sido herido en el brazo, lleva rastros de maltrato», explicó Uribe, recordando las declaraciones del John Frank Pinchao, un antiguo compañero de detención de Clara Rojas que logró escapar.
Este policía, que se fugó en mayo pasado y logró salir de la selva tras 17 días de caminata, afirmó que Emmanuel «había sido maltratado» y que su cuerpo presentaba «quemaduras de cigarrillos» infligidas durante su cautiverio.
«Hay unas coincidencias entre esta descripción y la del niño» a cargo del ICBF en Bogotá, explicó Uribe.
Expertos colombianos fueron enviados por el ICBF a Caracas este martes con el fin de tomar muestras de ADN sobre los familiares de Emmanuel, que esperan desde hace casi una semana por la liberación de las tres personas.
«Si se trata de Emmanuel, sería una infamia, porque se habrían violado todos sus derechos, pero por lo menos sería libre», declaró Iván Rojas, su tío.
El enigma alrededor del caso del niño se convirtió en un asunto de Estado en Colombia. «Sólo el presidente Uribe está autorizado a expresarse sobre esta cuestión», declaró a la AFP Shelly Oviedo, del servicio de información del ICBF.
El caso de Emmanuel está considerado como emblemático de la crisis de los rehenes.
Según Rojas, «este niño lleva el nombre del Salvador. Salvó a mi hermana, puede salvar a toda Colombia».
El misterio alrededor de Emmanuel alimentaba la noche del lunes numerosas conjeturas sobre las razones que empujaron al presidente colombiano a revelar el caso en tales circunstancias.
«¿Si es verdad, por qué esperó el gobierno hasta hoy (por el lunes) para revelarlo?», se interroga un lector de El País de Cali, en el blog del periódico colombiano.
«El hecho que Uribe precisamente escogió este momento para descubrir la información es sospechoso», afirma un colombiano que vive en Alemania, en la edición electrónica de El Tiempo de Bogotá, que como otros diarios colombianos no aparece el 1 de enero.
