Paradigmas que debemos cambiar

Paradigmas que debemos  cambiar

El expediente Odebrecht ha llegado a la Justicia dominicana a regañadientes. El revuelo causado en el entorno por este escándalo quebró la inercia de nuestra parsimonia ante actos indecorosos cometidos desde posiciones públicas. No es la primera vez que actuamos por ineludible inducción, y no por voluntad política con el objetivo de preservar la ética. En por lo menos dos oportunidades han sido factores externos los que nos han obligado a actuar ante actos cuestionables, y en ambos han estado de por medio negocios entre el Estado dominicano, empresas brasileñas y el enojo de Estados Unidos por nuestra preferencia por Embraer para la compra de aviones y de Odebrecht para contratar obras gubernamentales.
La confiabilidad de un país, tanto a nivel local como internacional, puede resultar muy afectada por la falta de consecuencias ante actos indecorosos cometidos desde posiciones públicas, algo que en nuestro caso, lamentablemente, es demasiado frecuente. Por ejemplo, en septiembre de 2015 se suicidó en un baño de la OISOE un arquitecto, pero la investigación del entramado que lo llevó a esa decisión sigue en un limbo, y las ventas irregulares de terrenos del CEA, que han costado vidas, tampoco han parido consecuencias. Es inocultable la falta de voluntad política para perseguir los actos de dudosa reputación. Tal vez el caso Odebrecht nos lleve a cambiar positivamente.

Valor agregado como reto

Aumentar la productividad en la agropecuaria y emprender la industrialización de renglones de ese sector debe ser una meta a perseguir de manera mancomunada por el Gobierno y los sectores productivos. Nuestro modelo actual, basado en la exportación de materia prima, no es el mejor negocio para un país que aspira a robustecer cada vez más su economía y liderar la región en términos comerciales. Juan Modesto Chávez, el director del CONIAF, destaca el atraso y las pérdidas que deja el actual esquema comercial de la producción del campo.
Debemos apostar al desarrollo de un modelo basado en la industrialización del mayor número posible de renglones del campo, y hacernos exportadores confiables de productos terminados e intermedios con suficiente valor agregado.

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