Paradoja del “comesolismo”

Paradoja del “comesolismo”

No creo que muchos conozcan la versión que tengo sobre el origen del término “comesolos” con el que fueron bautizados los miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), difundida hace varios lustros en coloquios de improvisados analistas políticos populares, autoproclamados historiadores callejeros:

Cuentan que en las primeras elecciones donde participó el PLD con suficientes delegados de mesas, los peledeístas recibieron refrescos y sandwiches provenientes de su partido y que fue notorio, rayando en lo ridículo, que los delegados peledeístas prácticamente “se escondieron” a comérselos, sin ofrecer, ni por cortesía, a los demás delegados de otros partidos, compartir la merienda; se dice que fue tan uniforme el comportamiento, que pareció “una línea” o recomendación partidaria engullir “solos” sus alimentos.
Varios años después, en un discurso de desahogo político y resentimiento contra los peledeístas, el doctor Balaguer ratificó el mote afirmando que “…los reformistas (sus partidarios) no comen solos”.

La gran paradoja actual es que los peledeístas han dado cátedras de pactos partidarios y en este momento presentan un rosario de aliados (incluyendo a su pasado adversario principal) a los que, no solamente les han facilitado recursos del Estado, sino que también les han repartido y prometido cargos, prebendas y posiciones en la boleta electoral, lo que les hace aparecer como el partido político más repartidor de la historia dominicana. Ya no comen solos; comen con cualquiera y donde quiera reparten para perpetuarse en el poder.

Sin embargo, hay un solo problemita en este nuevo comportamiento: Están cogiendo, comiendo y repartiendo lo que no es de ellos, porque pertenece a todo el pueblo y eso tiene otro nombre, tan desagradable o más aborrecible que comesolo.

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