La solicitud hecha el pasado viernes por el Gobierno haitiano para que la comunidad internacional envíe una fuerza militar que le ayude a enfrentar la crisis humanitaria y de inseguridad que está enfrentado ha desatado posiciones a favor y en contra en quienes recuerdan los problemas que generaron otras intervenciones militares.
En ese sentido, el exdiplomático haitiano Edwin Paraison considera que, con esa solicitud, se está escribiendo una página muy triste y una de las más vergonzosas de la historia de Haití.
Al ser cuestionado sobre el mismo tema, el politólogo haitiano Joseph Harold Pierre favorece una intervención militar en su país, pero entiende que no dará ningún resultado porque tendría que ser con un nuevo gobierno que oriente esa misión.
Haití atraviesa por una de sus peores crisis sociopolíticas, desde la caída de la dictadura de los Duvalier, en 1986, tanto por la inestabilidad y el vacío de poder que provocó el asesinato del presidente Jovenel Moise, en junio de 2021, como por la inseguridad causada por las bandas que, con los asesinatos, secuestros y asaltos mantienen en vilo a la población haitiana.
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Paraison: una vergüenza
“Se está escribiendo una página muy vergonzosa con la autorización acordada por el Consejo de Ministros al jefe de gobierno Ariel Henry, para solicitar una fuerza especial extranjera sin definir las condiciones de actuación ni el tiempo de permanencia en el país”, refirió Paraison.
El presidente de la Fundación Zile afirmó que es inaceptable que el documento firmado por los ministros no mencione, en ningún momento, los cuerpos armados de Haití, tal como la Policía Nacional (PNH).
A su entender, en los últimos meses la PNH ha realizado evidentes esfuerzos en la lucha contra las gangas, aunque haya unanimidad en la necesidad de un apoyo internacional en los planos logístico, tecnológico y de formación técnica.
“El gobierno haitiano ha hecho oído sordo a los planteamientos y propuestas de expertos locales que han definido planes de combate a las gangas, y que debieron ser explorados antes de una decisión que lesione de tal manera la soberanía nacional.
“La comunidad internacional debe saber que los sentimientos son hoy diferentes del desembarco de tropas estadounidenses en 1994 para restaurar la democracia con el retorno de Jean Bertrand Aristide, o en el 2010 en el marco de una misión humanitaria por el terremoto”, dijo Paraison.
En ese sentido expresó que la misión militar anunciada para la mitad de este mes es vista como un apoyo a un régimen repudiado, que llegó al poder con la complicidad de algunos actores internacionales en el proceso electoral 2010-2011.
“Basado en el documento del Consejo de Ministros y de la experiencia en Haití de las tropas de la ONU, la presencia militar internacional no es la solución, es un nuevo elemento de la crisis”, destacó.
Gobierno sin competencias
Pierre favorece la presencia de una fuerza internacional en su país porque entiende que su país no tiene la capacidad, la voluntad ni la competencia técnica para enfrentar el caos generado alrededor de las acciones delictivas de las bandas armadas.
“Lo que yo pienso de eso es que está bien que se haya solicitado pero no va a dar ningún resultado porque tendría que ser con un nuevo gobierno que oriente esa misión. Pero el gobierno actual no tiene competencia técnica, capacidad, es muy corrupto, y tampoco tiene voluntad política, lo que sí le importa es quedarse en el poder.
“Por lo que eso no va a dar ningún resultado, va a ser una misión más, y sí estoy con la llegada de una misión militar extranjera para resolver el problema, pero no en esas condiciones, tiene que ser con otro gobierno”.
Al dar esas explicaciones Pierre expresó que un nuevo gobierno debería formarse con personas competentes, prestigiosas, y en Haití las hay, y deben hacer lo mismo ante la comunidad internacional para que eso se dé.
“La comunidad internacional tiene capacidad técnica y medios financieros, mientras que Haití no tiene ni capacidad técnica, ni medios financieros para resolver el problema, ni voluntad.
“En Haití una gran parte de la población rechaza la intervención, y algunos están de acuerdo pero no tienen el coraje de decirlo.
“Pero la comunidad internacional es la que decide en Haití, por lo que la intervención no se hará porque la población no la apoye porque la población no decide en Haití. Eso cambiará cuando tengamos una élite política, económica e intelectual que actúe en favor del país”, dijo Pierre.