Edwin Paraison, ex cónsul de Haití, pidió hoy a las autoridades de los dos países que inicien una campaña sobre la amistad, hermandad y solidaridad entre los pueblos haitiano y dominicano para contrarrestar lo que definió como manifestaciones antihaitianas y xenófobas.

Considero que las repatriaciones se están dando en condiciones más deplorables que las del ano 1991 ordenadas por el extinto presidente Joaquín Balaguer con un nuevo elemento altamente preocupante que es el de la participación de ciudadanos dominicanos como en Hatillo Palma y Enriquillo, de Barahona.

En esas comunidades, dijo, los dominicanos tomaron acciones de represalia para vengarse de la muerte de la señora Maritza Núñez supuestamente a manos de haitianos y han estado deteniendo a como a dominicanos de piel negra, para entregarlos a las autoridades o presionarlos para que se marchan a Haití, sin estar conscientes de las situaciones trágicas que tal comportamiento puede desencadenar.

Pidió a las autoridades atender a la gravedad y delicadeza de la situación para evitar que se repitan estos actos y así «ahorrarnos tragedias humanas» entre hermanos de dos países vecinos que comparten una misma isla.

“Tal como aquí hay haitianos, en Haití se encuentran dominicanos. La experiencia nos indica claramente que en ocasiones lamentablemente han habido actos de represalias en contra de dominicanos ajenos a estos problemas que se dan aquí contra los haitianos,” dijo Paraison.

Medios informativos, dijo, dieron cuenta de persecuciones de haitianos por civiles dominicanos en las cuales también le son robados lo que llevan y destruidos sus documentos personales, además de casos de violaciones sexuales.

Explicó que un número indeterminado de dominicanos de ascendencia haitiana se encuentra actualmente en la parroquia de Juana Méndez donde reciben la ayuda de religiosos haitianos y dominicanos.

Entiende el ex funcionario y presidente de la Fundación Zile que el dolor de una familia y de una comunidad en el caso de Hatillo Palma, la cual dice compartir, se ha convertido en dolor para todo un pueblo, para una comunidad tan laboriosa que es la haitiana en la Republica Dominicana, por el lenguaje poco respetuoso, los calificativos degradantes que se han manejado en la opinión publica, a causa de un hecho aislado que solo tiene que ver con la responsabilidad penal de unos individuos

Por ignorancia, por falta de sensibilidad humana, o a causa de un dolor descontrolado por la perdida de un pariente tal como sucedió en España hace unos días con un joven dominicano acusado de matar a un joven español, algunos sectores y personas que nos han dado mucho dolor como haitianos dijo.

Paraison señaló que entre los inmigrantes haitianos que estimó en 800,000 hay una baja incidencia de criminalidad por lo que ve «injusto que se trate de presentarnos como violadores de las leyes».

Dijo que la comunidad haitiana a día agradece la hospitalidad ofrecida por la Republica Dominicana, con su incorporación al trabajo llevando adelante la producción nacional y contribuyendo al progreso del país, en las distintas ramas de participación de la mano de obra haitiana.

Indico que las repatriaciones están fuera de las normas establecidas entre los dos países, por lo que se deben corregir para impedir un problema de carácter diplomático.