Paralelismos

Paralelismos

LEO BEATO
El índice de aprobación de Lyndon Johnson en el 1968, antes de que retirara su candidatura de la contienda presidencial, era de 32%; el de George W. Bush es en estos momentos de 34%, una diferencia de dos puntos porcentuales (de acuerdo con la revista Newsweek). Solamente el 41% de los estadounidenses apoyaba a Johnson en relación con la guerra de Vietnam y solamente el 42% apoya hoy día a Bush en relación con la guerra de Irak (una diferencia clara de un solo punto entre ambos). Johnson había afirmado que la seguridad de los EE.UU. dependía de la guerra de Vietnam y, al final, nadie le dió crédito a sus palabras. George Bush había asegurado que Sadat Hussein tenía armas de destrucción masiva y ahora dice que éste tenía también relaciones cercanas con Al Quaeda, la supuesta entelequia que nadie, ni siquiera los servicios de inteligencia, ha podido aún ubicar con exactitud.

La Comisión de Inteligencia del Senado ha declarado, sin embargo, que no existen evidencias que puedan substanciar esas aseveraciones del Presidente. Es como si se tratara de otro acto de fe en sus palabras como las que sirvieron de preludio a la Segunda Guerra de Irak (la Primera se efectuó con motivo de la invasión a Kuwait de parte de Sadan Hussein cuando George Bush, Sr. era el Presidente de los EE.UU). En contestación a las palabras de Cindy Sheehan, la madre de Casey Sheehan, el soldado caído en Irak, George Bush Jr. dijo categóricamente: «Estamos en América y esta señora tiene el derecho a su opinión pero debemos permanecer en Irak si deseamos vencer en esta guerra contra el terrorismo». Estas fueron sus palabras textuales como si estuviéramos en una película de ciencia ficción, pues no existe relación lógica entre una cosa y la otra, sobre todo cuando la Comisión de Inteligencia del Senado ha afirmado que no hay ninguna evidencia para tales aseveraciones.

Hace unos meses George Bush Jr. pronunció las siguientes palabras: «Si algo aprendimos de la guerra de Vietnam fue en no dejar las decisiones militares en manos de los políticos». Y ésto es precisamente lo que él ha hecho en el caso de Irak, dejándola en manos de su secretario de Defensa Richard Rumsfeld. A ésto hay que añadir sus otras palabras explicando la razón por la cual rehusó entrevistarse con Cindy Sheehan declarando a Irak como la causa de la guerra contra el terrorismo: «Para ganar la guerra contre el terrorismo tenemos que permanecer en Irak». Entonces… ¿en qué estamos?

Lyndon Johnson y George Bush son ambos de Texas; aunque uno demócrata y el otro republicano, ambos forman parte de la historia americana aunque el primero ya no se encuentra entre los vivos para contarlo. Sin embargo, coinciden en un punto y éste es el de no contar con el apoyo de la mayoría de sus propios ciudadanos. En el caso de Bush y el precio desorbitado de la gasolina solamente cuenta con el 20% y en cuanto respecta a la cuestión de la inmigración mas del 60% està en su contra. El factor Katrina ha venido a complicar su situación, pues han perecido mas de 1,000 de sus conciudadanos mientras él se encontraba de vacaciones en su rancho de Texas, casi el mismo número de soldados norteamericanos caídos en Irak. Vietnam (Johnson) e Irak (Bush) son dos parámetros interesantes pues el paralelismo entre ambos es indiscutible y diàfano precisamente por tratarse de dos guerras completamente impopulares.

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