Parálisis en la política de inmigración de Estados Unidos

Parálisis en la política de inmigración de Estados Unidos

La política de la inmigración de Estados Unidos ha fallado. Hace cojear a la economía y enfurece a los votantes. Prohibe la entrada de los inmigrantes que necesita el país y lucha inútilmente con los que entran o permanecen ilegalmente. E injusta y a menudo cruel. Nadie habla en favor del sistema existente, mas cambiarla es considerado políticamente imposible. Esto es una acusación que avergüenza de los líderes del país.

La forma correcta de seguir adelante está clara, como recientemente dijo Barack Obama en un discurso sobre el tema. Sin llamar la atención al hecho, el presidente retomó temas de previamente tratados por su antecesor George Bush. Solicitó mejor seguridad en la frontera y aplicación más estricta dentro de ella; nuevos canales para la inmigración legal temporal; y, para calificar a los inmigrantes ilegales, un sendero a la ciudadanía.

En términos generales, eso es lo que debe suceder – y probablemente sea así, eventualmente. Pero en un año de elección el tema es tóxico. En los estados más afectados, la sugerencia de amnistía despierta furia. La mayoría de los republicanos rechazaron la moderación de  Bush en el asunto; y no es que estén más inclinados a apoyar a  Obama. Los pocos que anteriormente estuvieron dispuestos a apoyar la reforma ahora le dan las espaldas.

Antes que halagar el otro lado,  Obama ha escogido atacar, culpando a los republicanos de bloquear el progreso y diciendo a los demócratas que estamos listos para movernos. Pero ellos no lo están. Los demócratas también han cambiado de lado sobre el asunto. Los líderes del partido vacilan en llevar hacia adelante la legislación.

Y la Casa Blanca, mientras implora por acción, ha fallado en redactar una ley propia, o en guiar a los escritores de leyes en el Congreso de los Estados Unidos La administración no está totalmente paralizada. Ha anunciado que tratará de revocar la polémica nueva ley inmigratoria de Arizona.

Bajo la constitución, se puede leer, la política de inmigración es un asunto federal. Esto parece correcto. Las restricciones unilaterales de Arizona son también impracticables e injustas para los norteamericanos hispanos. Muchos republicanos salieron en contra de ella.

La administración tiene razón en desafiar la ley de Arizona, pero esto no constituye una política de inmigración. Sólo llama la atención a la falta de una. La posición de Arizona -que actúa para limitar la inmigración ilegal porque el gobierno federal ha fallado – tiene amplio apoyo por todo el país.

Para vencer este sentimiento y decretar las reformas largamente aplazadas, el presidente, sus aliados en el Congreso y un número suficiente de sus adversarios, deben dar alguna señal.

No hay signo de esta todavía, y poca esperanza del cambio antes de las elecciones de noviembre.

Las claves

1.  Medidas de Obama

Obama solicitó mejor seguridad en la frontera y aplicación más estricta dentro de ella y nuevos canales para la inmigración legal temporal.

2.  Contra ley Arizona

Las restricciones unilaterales de Arizona son también impracticables e injustas para los norteamericanos hispanos. Muchos republicanos salieron están en contra.

Los temores de   deflación continúan en aumento en E.U.

La vista corta

  James Mackintosh,

Las recesiones de doble-inmersión, como les gusta señalar a los economistas, son increíblemente raras. Estados Unidos ha tenido solo una, en 1980-82 (y esto es discutible).  Hasta la esclerótica economía de Japón tuvo una sola recesión de doble inmersión cuando tocó fondo en los `90.

Esto ha dejado a los pesimistas mirando hacia el  2002: la débil recuperación económica de Estados Unidos de la quiebra tecnológica dependía entonces, como ahora, en reabastecer. A fines del año, apenas evitó  una doble inmersión, con un crecimiento trimestral bajando hasta el 0,1 por ciento.

Sin embargo, los optimistas, miran seis meses hacía delante. Como señala Jim Paulsen de la Wells Fargo, el desplome reciente en los rendimientos de bono a largo plazo del Tesoro repite casi perfectamente lo que sucedió a mediados del 2003. Los temores de la deflación estaban en aumento – Ben Bernanke había hablado recientemente de imprimir dinero, ganándole el apodo de «Helicóptero Ben» – y los inversionistas amontonaron en Tesorería, así reduciendo el rendimiento por un cuarto a justo sobre el 3 por ciento. Apenas había inflación.

Pero existen diferencias cruciales. Aparte de la actual resaca de la deuda, la Reserva Federal, ahora dirigida por  Bernanke, no puede bajar las tasas. A finales del 2002, la Fed cortó su tasa objetivo medio punto porcentual para evitar que el crecimiento lento se convirtiera en una doble inmersión, luego agregó un cuarto de punto adicional a mediados del 2003. Esto dejó las tasas muy por debajo de donde estarían utilizando la  sencilla regla de Taylor, basada en el paro y la inflación, y en la recuperación económica (y, más tarde, en valores de renta variable).

Esta vez, no sólo no pueden las tasas de los fondos del Fed caer más, pero la regla de Taylor implica que debe ser negativo, sugiriendo que la política monetaria es demasiado estricta,

Si este año resulta más cerca al 2002 que al 2003, esperen que las Tesorerías se recuperen más y que el Fed renueve la flexibilización cuantitativa.

Si es al 2003, los inversionistas en bonos recibirán un terrible shock.

Los verdaderos pesimistas, por supuesto, están centrados en la disminución de la masa monetaria, en los préstamos que se caen y la deflación de los salarios, paralelo con Japón. Si tienen razón,  Bernanke quizás necesite su helicóptero. 

La cifra

0,1

Por ciento.  Fue el baja crecimiento trimestral que  registró la económica de Estados Unidos, a fines del año, evitando apenas   una doble inmersión.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTÍNEZ

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