Paranoia colectiva en RD

Paranoia colectiva en RD

Es lamentable que la situación de inseguridad que afecta a todos los estratos de la población, esté llevando a los dominicanos a convertirse en ciudadanos temerosos  y  desconfiados,  contrario a su tradicional temperamento de simpáticos, colaboradores y sociales.

La gente ha llegado al extremo de espantarse ante el ruido de una motocicleta y si  van en ella dos personas, el miedo aumenta ante el temor de que sean asaltantes,  debido a la cantidad de atracos  que se cometen a diario usando esos vehículos.

Si usted anda en un sector desconocido buscando una dirección, la mayoría de las personas a quienes intenta preguntar, lo evaden rápidamente diciendo que no residen en el lugar para evitar acercársele o establecer conversación con un desconocido.

El hogar, considerado el lugar por excelencia para la seguridad, es violentado, a veces, en complicidad con algún miembro del servicio doméstico y en otros casos rompiendo  verjas de hierro,  puertas y ventanas, sin importar que sea de día o de noche, cometiéndose robos y en ocasiones,  horribles asesinatos.

Andar en la calle resulta  peligroso no importa que transite a pie o en su vehículo.  El caso de la ingeniera Francina Hungría ilustra esto último. En el transporte público, además del tradicional cartereo a que se expone quien lo use, se suma  el riesgo del secuestro y la  violación.

Las personas sensatas evitan andar tarde en la noche, lo que disminuye el número de clientes en los centros de diversión nocturnos y los padres de familia somos víctimas de la angustia  mientras cualquiera de nuestros hijos ande divirtiéndose  en la noche.

El terror, lamentablemente, se está imponiendo en nuestra sociedad.

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