Parceleros y ganaderos piden ayuda al presidente Abinader

Parceleros y ganaderos piden ayuda al presidente  Abinader

Más de seis mil tareas sembradas de arroz, así como una gran producción de ahuyamas, ganado, peces y otras, quedaron bajo las aguas en Hacienda Estrella, La Victoria, en Santo Domingo Norte, tras el paso de la tormenta Franklin por el territorio dominicano.

Parceleros de la zona expresan que las pérdidas han sido millonarias, ya que los semilleros y la producción de arroz en proceso se fueron a pique, mientras cientos de vacas y otros animales se perdieron al ser arrastrados por las crecidas de los ríos.

Todavía ayer las aguas de los ríos Ozama, Cabón, Guanuma y otros afluentes, permanecían dentro de las parcelas, como se observó mediante recorrido por la zona.

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Se pierden cosechas

Los parceleros José Manuel Paulino y José Agustín Concepción, del proyecto AC-40, narran que sus sembradíos y semilleros quedaron bajo las aguas, por lo que estiman que las cosechas serían muy pocas. En Hacienda Estrella existen más de cien parceleros asentados en alrededor de seis mil tareas, solamente en la producción de arroz, pero con la ganadería y demás rubros agrícolas, superan los 500 entre medianos y pequeños.

Urgen una reunión con los funcionarios que conforman el Gabinete Agropecuario del Gobierno para evaluar los daños y tomar las medidas necesarias para que los productores agrícolas y ganaderos puedan volver a sus actividades.

Paulino alerta para que no ocurra lo que sucedió con la pasada tormenta Fiona, hace un año, que el presidente Luis Abinader se comprometió a indemnizar a los productores con mil pesos por tarea, pero la ayuda no llegó porque los funcionarios del sector no hicieron el esfuerzo.

Las deudas

De igual modo, dijo, el mandatario prometió que el Gobierno asumiría las deudas que tienen los parceleros con la banca privada, a través del Banco Agrícola, para que la pagaran en un plazo de siete años, pero tampoco se materializó.

“Esas deudas que tenemos, no es que las dejamos de pagar, sino que el Banco Agrícola las asuma y nosotros las pagamos a tasa cero durante siete años, pero tampoco se cumplió”, explica.

Considera que ahora con el paso de la tormenta Franklin la situación de los parceleros se agravó, por tanto, es urgente que el Presidente de la República acuda en su auxilio, como ha hecho en otros lugares como Azua y San Juan de la Maguana.

Incomunicados

Concepción sostiene que las lluvias y crecidas de los ríos dejaron a los productores prácticamente sin nada y hasta incomunicados con Monte Plata, donde está ubicada la sucursal del Banco Agrícola, a donde acuden en tiempo de emergencia, porque las parcelas están ubicadas entre Santo Domingo Norte y esa provincia. Juan Toribio, propietario de una parcela de arroz, informa que unas 70 tareas que tiene sembradas del cereal quedaron bajo las aguas del Ozama, por lo que necesita de la ayuda de las autoridades para poder levantarse nuevamente.

De igual modo, Francisco Manzanillo tiene 136 tareas de arroz inundadas en la llamada Cueva del León, por lo que una vez las aguas salgan es muy poco lo que queda y no sabrá cómo pagará la deuda contraída con la banca.

Delanoi Blasser también tenía más de 200 tareas sembradas de arroz inundadas, aparte de un semillero que ya se dañó al quedar anegado por el agua.

Bombas dañadas

Hasta una bomba utilizada para irrigar las propiedades en tiempo de sequía quedó inservible porque el Ozama pasó por encima durante la crecida que provocaron las lluvias dejadas por Franklin.

Otra que estaba dañada desde hace tiempo, las autoridades del Instituto Agrario Dominicano (IAD) se habían comprometido a comprar otra o repararla, pero ni un cosa ni la otra sucedió.

La ganadería

Rolando Faní, ganadero de la zona, expone que las pérdidas en ese sector son cuantiosas, debido a cientos de cabezas de reses y otros animales fueron ahogados por las fuertes crecidas de los ríos.

Señala que la magnitud de los daños todavía no se pueden cuantificar, debido a que hay propiedades a las que todavía no se ha podido penetrar, porque las aguas no lo permiten, además por el mal estado de los caminos vecinales.

“Tenemos en estos momentos los caminos vecinales en muy mal estado, no podemos penetrar, aquí hay parceleros que en ocho o diez días quizás podrán llegar a sus parcelas porque todavía están inundadas”, afirma. “Ahora usted va al puente mayor del río Ozama y encuentra animales ahogados, pero una buena parte no se sabe hacia dónde fue a parar”, precisa Faní.

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