Parece confirmarse que los restos de Colón están en Santo Domingo

Parece confirmarse que los restos de Colón están en Santo Domingo

La agria y enconada polémica que historiadores dominicanos y españoles mantienen desde hace 127 años acerca del lugar donde reposan los restos de Cristóbal Colón parece haber llegado a su fin gracias a los resultados de las investigaciones efectuadas en meses pasados por antropólogos y biólogos, los cuales tienden a confirmar que dichos despojos se hallan en la ciudad de Santo Domingo.

De acuerdo con el dictamen de los profesores Sergio Algarrada, director del Departamento de Biología del Instituto Ostippo de Estepa (España) y Marcial Castro, jefe del Departamento de Historia del mismo centro, del examen antropológico realizado a los restos que se encuentran depositados en un mausoleo de la catedral de Sevilla, y que los españoles sostienen que son los del Descubridor de América, se desprende que corresponden en realidad a los de su hijo primogénito Diego Colón, virrey de las Indias, quien casó con María de Toledo y fue gobernador de la isla de Santo Domingo durante varios años.

En declaraciones hechas por los mencionados profesores al suplemento periodístico ADominical@ el día 11 de abril de este año, suplemento que reproducen numerosos diarios españoles, los restos que están en el mausoleo de la catedral sevillana pertenecen a Aun varón de 44 a 46 años de edad, de complexión grácil y sin enfermedades degenerativas@.

Y, a seguidas, agregan que Adeben de ser los restos de un hombre que, lejos de ser marino, no tuvo a lo largo de su vida una actividad física reseñable, puesto que vivió desde niño en palacios; es decir, Diego Colón, Segundo Almirante de las Indias, enterrado junto a su padre en Santo Domingo y traído por error a Sevilla@.

Tales declaraciones vienen a dar la razón a los historiadores dominicanos, los cuales han insistido reiteradamente en afirmar que los restos exhumados de la catedral de Santo Domingo en 1795 por disposición del teniente general de la Armada española Gabriel de Aristizábal, y del arzobispo de la colonia Portillo y Torres sin el consentimiento del gobernador Joaquín García, carecían de inscripción o señal que los identificase, por lo que el escribano que certificó el acto se limitó a escribir que se trataba de los huesos de Aalgún difunto@.

Esos huesos fueron trasladados a La Habana, donde permanecieron hasta 1895, año en que estalla la segunda etapa de la guerra de independencia de Cuba, motivo por el cual se llevaron a España, siendo reinhumados en la catedral de Sevilla. En ella se encuentran también los de Fernando Colón, hijo natural del Descubridor, fallecido a los 51 años de edad.

[b]Decepción[/b]

Según Castro y Algarrada, los restos que los españoles sacaron de Santo Domingo en 1795 creyendo que eran los del Descubridor los Adecepcionaron enormemente@, pues eran tan pocos fragmentos que Ahasta el polvo que había alrededor lo barrieron y lo echaron dentro de la caja@.

Contrariamente al resultado del examen de los escasos huesos que reposan en la catedral de Sevilla, los que figuran en la urna del Faro a Colón arrojan un total de 41 entre pequeños y grandes. Estos huesos fueron estudiados en 1959 por el reconocido paleontólogo norteamericano Charles W. Goff, de la Universidad de Yale, quien comprobó que son de un varón de complexión fuerte, de 175 centímetros de estatura, muerto alrededor de los 60 años y que padecía de una artritis deformante.

La conclusión del doctor Goff es apoyada tácitamente por los profesores Algarrada y Castro, así como por el doctor Miguel Botella, director del Departamento de Antropología de la Universidad de Granada, quien asistió a la exhumación de los restos sevillanos, ocurrida el día 7 de junio de 2003 junto con los de Fernando Colón. Anteriormente, a principios de septiembre de 2002, había tenido lugar la extracción de otros restos, los de Diego Colón, hermano del Descubridor, enterrado primero en la Cartuja de las Cuevas, de Sevilla, y luego en Saltiponce, pueblo de esa provincia.

El doctor Botella expresó por su parte que el estudio de las osamentas de tres miembros de la familia Colón, es decir, Diego Colón, hermano del Descubridor; Fernando, y Diego, el virrey, reveló que existían elementos comunes que permitían establecer una posible relación de parentesco entre ellos.

Como dato curioso, añadió que el hueso sacro de Diego Colón y el de su sobrino Fernando, tienen un rasgo común que podría Ahaberse transmitido hereditariamente@, hueso que no se encuentra entre los escasos y deteriorados que están en el mausoleo sevillano y que se creía eran de Cristóbal Colón. Ese hueso, aseguró enfáticamente, está Aen Santo Domingo@.

Efectivamente, en el examen anatómico practicado a los restos hallados en 1877 en la catedral de Santo Domingo por los doctores Marcos Antonio Gómez y José de Jesús Brenes se contó Ael hueso sacro en mal estado@.

Pese a que, por las declaraciones de los tres especialistas citados, todo parece apuntar a que los restos de Cristóbal Colón se hallan en Santo Domingo, falta todavía por conocer, al menos públicamente, el resultado de la prueba de ADN realizada a los que reposan en Sevilla y Santo Domingo. Esa prueba, que será concluyente, está a cargo del doctor José Antonio Llorente, director de identificación del Laboratorio de Genética de la Universidad de Granada, reputado como una autoridad mundial en esa disciplina.

El suplemento ADominical@ señala también que, para mayor seguridad en dicho resultado, se ha recurrido además a otros dos famosos laboratorios: el del FBI de Estados Unidos, y el del Instituto Max Plank, de Leipzig, Alemania.

Ala Genética sostuvo el doctor Castro aconseja que, cuando los huesos objeto de estudio tengan más de cien años de antigüedad las pruebas se realicen por duplicado. En el caso de Colón las pruebas se están haciendo por triplicado@.

[b]Falta prueba ADN[/b]

Los únicos restos a los que aún no se les ha hecho la prueba del ADN son los que reposan en Santo Domingo. Sin embargo, los investigadores españoles esperan que el Gobierno Dominicano la autorice en breve para despejar cualquier duda que pudiera suscitar el examen antropológico realizado por el doctor Goff.

El estudio antropológico y genético de los restos de la familia Colón que actualmente se lleva a cabo ha avivado en España otra polémica: la del origen o lugar de nacimiento del Descubridor de América. Tres son las principales teorías que se disputan dicho origen.

La primera y más conocida es la genovesista, la cual, como es obvio, propugna por el origen italiano de Cristóbal Colón. Los partidarios de esta teoría, entre ellos Salvador de Madariaga, afirman que el Primer Almirante falleció a los 60 años de edad, la misma que el doctor Goff atribuyó a los restos de Santo Domingo por él estudiados. Según los genovesistas, Colón habría nacido en 1451 y, como murió en 1506, tendría al ocurrir su deceso 55 años.

Esta diferencia no es óbice para que los profesores Castro, Algarrada y Botella mantengan la posición del doctor Goff, de que Cristóbal Colón dejó de existir a los 60 años. ATodas las teorías Bexpresan que se salgan del margen de error de cinco años que admite la Antropología para situar la muerte de Cristóbal tienen que estar equivocadas@.

Una segunda teoría intenta demostrar que Colón nació en la isla española de Mallorca y que es hijo natural del príncipe Carlos de Viana, hermanastro del rey Fernando el Católico, y de Margalida Colón. Quienes se oponen a ella argumentan que dicho príncipe llegó desterrado a Mallorca en agosto de 1459 y, por tanto, si él fue padre de un hijo concebido en esa isla, ese hijo tuvo que nacer forzosamente en 1460. Esto significa que Cristóbal Colón, de ser hijo del príncipe, habría fallecido a los 47 años, edad que no concuerda con los 60 años deducidos por Goff.

La tercera teoría tiene como sustentador principal a Nito Verdera, un ex piloto de la marina mercante española que abandonó su profesión para dedicarse al periodismo y que desde 1962 viene predicando que Colón nació en la isla de Ibiza, también española y perteneciente, como Mallorca, al archipiélago balear. Para Verdera, Colón falleció a la edad de 70 años, tal como escribió el cronista Andrés Bernáldez, el famoso Cura de los Palacios, en sus AMemorias del Reinado de los Reyes Católicos@. En ellas afirma que el Descubridor murió a esa edad, en Asenectute bona@.

Al margen de esta polémica, se sabe que Castro y Algarrada no han querido revelar en la entrevista concedida al suplemento ADominical@ otros valiosos datos que poseen y que se desprenden de las investigaciones hasta ahora realizadas, pero que se dirigen a confirmar claramente que los restos de Cristóbal Colón descansan en Santo Domingo.

Uno y otro han expresado su pesar por el hecho de estar convencidos de que sus deducciones ponen en evidencia la falsedad de la teoría española relativa al lugar donde están sepultados los restos del Descubridor, teoría esgrimida oficialmente a finales del siglo XIX por la Real Academia de la Historia y que todavía mantiene vigente.

Al otorgar entero crédito a las deducciones de los dos profesores, el suplemento ADominical@ no ha vacilado en subtitular la entrevista con estas palabras: AUn revolcón se cierne sobre los libros de Historia@. Se refiere, claro está, a los libros españoles, los cuales apoyan la supuesta y hoy equivocada autenticidad de los restos sevillanos.

De aquí que, de confirmarse mediante la prueba del ADN, como se espera, que los restos de Colón se encuentran en Santo Domingo, la Real Academia de la Historia no tendrá más remedio que hacer un público desagravio a los dominicanos, a quienes acusó sin pruebas de haber cometido un grosero fraude en 1877, poniendo en solfa la integridad moral del Padre Billini, un filántropo y humanista venerado por este pueblo.

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