Hoy 
MELVIN MATTHEWS
La prensa especializada en temas legislativos asegura que Reynaldo Pared Pérez, electo senador del Distrito Nacional por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), será el próximo presidente del Senado.
Según afirman, el abogado y político oriundo de la capital marcha al frente en la preferencia intrapartido dada su condición de secretario general del PLD y al rol destacado que jugó en la maquinaria electoral del gobierno que finalmente alcanzó la victoria reciente, especialmente en su feudo, Santo Domingo. Como rival de consideración para desempeñar el apetecido cargo, se cita al flamante senador de Santiago, doctor Francisco Domínguez Brito, actual procurador general de la República, quien disfruta de cierto apoyo en sectores de la sociedad civil.
Dado el régimen político democrático vigente, toda aspiración a ocupar la presidencia del Senado resulta legítima, pues se trata de una función que ha evolucionado en los últimos tiempos hacia niveles insospechados en términos de incidencia y relevancia nacionales, concomitante, por supuesto, al desarrollo institucional del país, hasta convertirse prácticamente en el segundo cargo público más importante de la nación, después del Presidente de la República.
Debido a la alta responsabilidad que exige dirigir el proceso de legislar, fiscalizar, juzgar y representar -funciones propias del primer poder del Estado-, en la práctica el presidente del Senado supera incluso al vicepresidente de la República, quien desempeña una función generalmente simbólica. El Congreso tiene facultades que inciden en la dirección, evaluación y sanción de las acciones del Gobierno. De ahí su impronta.
No obstante, la elección del presidente del Senado no entraña trámites políticos complicados, ni implica el apego a determinada tradición constitucional; tampoco demanda requisitos más allá de la simple condición de senador. La Carta Magna solamente establece la incompatibilidad de los cargos de senador y diputado con cualquier otra función o empleo de la administración pública, y los altos cargos de los partidos no entran en dicha clasificación.
En el plano personal, Pared Pérez, el flamante senador capitalino, es definido como un político defensor resuelto de los intereses de su organización, que al actuar dentro de un partido que tiende a beneficiar a todos los grupos o tendencias, validamente puede decirse que representa los intereses del presidente Leonel Fernández, los del secretario de la Presidencia Danilo Medina, y los del ex vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal y otros grupos de menos repercusión pública.
Otrora portavoz de los bloques peledeístas de regidores y diputados, Pared Pérez acumula experiencia para conducir un organismo colegiado como el Senado y su condición de secretario general del partido oficial puede ser una garantía importante de que su autoridad impulsará las relaciones armoniosas con el presidente Fernández.
Bien visto por la prensa, Pared Pérez se destaca en el plano externo por su capacidad para el diálogo, la negociación y la concertación con el liderazgo político opositor, una condición requerida para mantener el equilibrio de poderes y la imagen participativa en un Congreso que estará dominado por el partido oficial. El PLD ganó 22 senadores y 96 diputados, y los opositores PRD 6 y 60 y PRSC 4 y 22, respectivamente.
Asimismo, se destacan sus buenas relaciones con los sectores de la política nacional y la economía, sus vínculos con el sector empresarial, el reconocimiento de la cúpula eclesiástica y la clase trabajadora.
