Parir con dolor y sin epidural, una opción generalizada entre las chinas

Parir con dolor y sin epidural, una opción generalizada entre las chinas

Shanghái. Las creencias tradicionales, el alto coste o el bajo número de anestesistas son algunos de los motivos para que en China las mujeres continúen pariendo sin epidural, una situación que el Gobierno busca revertir como parte de sus planes de salud y fomento a la natalidad.  

“Si otra gente puede, tú puedes». Esa fue la respuesta que le dieron a Sofía Li una y otra vez durante las horas que duró su dilatación cuando, agotada por el dolor, suplicaba a los médicos que le pusieran la epidural.

“Al final casi lloraba del dolor, pero la doctora me dijo que la encargada de la epidural estaba de vacaciones y que aquí nadie la usa porque demora el proceso de dar a luz y tienes más riesgos”, cuenta a Efe la mujer de 37 años, que acudió a uno de los hospitales públicos más prestigiosos de Pekín.   Mientras que en algunos países de Occidente el ratio de uso de epidural en partos vaginales puede alcanzar el 80 %, en China todavía es muy bajo, en torno al 10 %, y esta es una práctica que hasta hace unos meses estaba casi fuera del sistema sanitario público.

“Los hospitales públicos no la ofrecen y, aunque tú la pidas, te van a decir que no tienen o que no te recomiendan, que eres joven y puedes tener un hijo sin ella”, comenta Li, una situación que confirma a Efe el jefe de obstetricia del hospital privado United Famlily de Shanghái, Michael Gao.

“Añadir la epidural tiene un coste altísimo por paciente y, como en China poca gente tiene seguros privados, es el Gobierno el que tendría que sufragarlo”, cuenta el doctor, quien estima que usar esta anestesia aumenta el coste del parto en un 50 %, no por el producto, sino por la necesidad de anestesiólogos y de una mayor supervisión.   “También tienen miedo a que los partos se alarguen con la epidural y en los hospitales públicos chinos el tiempo es crucial.

Quieren que la parturienta llegue rápido y de a luz lo antes posible”, indica.   Así, cuando una mujer pide epidural, “va a haber una larga lista de espera hasta el punto de que para cuando le llegue el turno probablemente ya habrá tenido al bebé”, explica.

Una lista de espera motivada, entre otras cosas, por la falta de anestesiólogos y por su poca especialización en obstetricia. Según datos oficiales de 2016, el número promedio de anestesistas por cada 10.000 chinos era de 0,5, mientras que el número en algunos países desarrollados de Europa es de 2,5 a 3.   En el hospital Nº 6 de Shanghai trabaja desde el pasado mes de octubre un anestesiólogo en exclusiva para el departamento de obstetricia y ginecología.