PARIS JE T´AIME

PARIS JE  T´AIME

Por encima de los acontecimientos sucedidos el año pasado en la sala de fiestas y conciertos “El Bataclán”, y los demás actos terroristas como el recién sucedido en Berlín, París sigue perfumada de libertad ciudadana.
Hemos caminado las avenidas a todas las horas del día y de la noche, tanto en los barrios chics, como en los populares y sentimos la fuerza de ser parisina de nuevo, de salir cerca de Belleville, y tomarnos un té con menta bien azucarado y deleitarnos con un lukum en una pastelería armenia y turca, para luego, entrar al cementerio de Pére Lachaise, y volver a recogernos míticamente ante la memoria de Edith Piaf, para deslizar sonrisas de invierno con los presentes portadores de una rosa roja, por supuesto, para la voz más dramática del cancionero francés contemporáneo. El frío nos animó los pasos y de café en café, de bistrot en bistrot, las horas se sucedían con el ánimo encendido por los planteamientos filosóficos del momento sobre la situación de la civilización humana…y los puntitos significan el pragmatismo de un amigo evocando cuánto le cuesta adjuntar el adjetivo al substantivo…Hablamos de civilización horas y horas y el recuento fue largo y celebrado por algunas y algunos con más de cinco cafés créme, exquisitos cortaditos franceses que se beben en el mostrador, mientras otros repiten en el …balón de rouge…copa de tinto, Bordeaux, Bourgogne o, el que usted decida, porque en una barra parisina todos los vinos en copa son posibles. El hecho es que la necesidad de civilización se cuestiona permanentemente, y que Francia es todavía un país donde la filosofía es necesaria en los lugares abiertos. Pero es también un país donde el filósofo académico hace y provoca opinión pública, y si no has leído el último libro o por lo menos la prensa, sea cual sea su orientación de ideas, le ofrece espacio a los intelectuales.
Esta semana se ha comentado una entrevista al filósofo Michel Onfray, que plantea de nuevo el concepto de la decadencia en la civilización occidental…substantivo que provoca reacciones de calle y de salón…Esta discusión se quedó abierta y alimenta muchos grupos de intelectuales de izquierda y conservadores, hasta lograr a veces que intercambien de mesa a mesa, con el principio de la retórica francesa de la argumentación sostenida.
En otros momentos visitamos lugares emblemáticos del norte de París, por el Canal Saint Martin y disfrutamos con la comunidad armenia y turca del contexto tan fragilizado en Istanbul, compartiendo la idea de cómo una ciudad de convivencia multicultural y religiosa, estaba bajo estado de sitio, desarticulada, rota y dolorida, entonces en el restaurant Barak, el dueño turco, leyó poesías de Hazim Hamet y se emocionó sobre su querida Istanbul perdida en el exilio de su vida y con fuerza del justo declamó por la libertad perdida…Entre errancia y errancia, el frío nos llevó a entrarnos en Museos como el Orsay, joya del impresionismo que nos ofrece en estos meses una exposición inédita de uno de los precursores del movimiento, Fréderique Bazille, que expone más de sesenta obras con un gran despliegue de estudios sobre el cuerpo masculino en situaciones campestres y de expresión amorosa, encontramos en esta exhibición la paz, el toque, el matiz de la línea y de la pincelada impresionista que encontramos en Monet y en Cézanne….No lejos, no pudimos resistir a entrar en el Grand Palais, para visitar la muestra razonada de los maestros mejicanos de principios de siglo XX.
Una exhibición que permite una mirada comparatista entre Rivera, Orozco y Clemente, auténtica lección visual, en un montaje perfecto, porque París es tan intensa por dentro como por fuera, tiene la intimidad de sus museos, confidentes, excepcionales, con empeños y opciones exclusivas, brillantes como la exhibición dedicada a Oscar Wilde, donde intimidad, investigación y literatura se unen en nombre de la verdad de lo que es una escritura única.
En todo esto, ni el invierno se pierde, ni la Navidad, pues las iglesias se mantienen abiertas para todos y desde la más pequeña como es el caso de Saint Julien Le Pauvre donde asistimos a un maravilloso concierto de monjes ortodoxos maronitas del Líbano, también entramos en una iglesia de tradición ortodoxa rusa y el canto se hizo lágrima de emoción en el público. Estiramos nuestra felicidad callejera con la comunidad judía de la Bastille y de la Rue du Faubourg Saint Antoine, mi barrio, pues durante los días de la Hannuca, los niños y niñas israelitas corretearon por las calles con sus cintillos y luces, llenos de alegría y golosinas, mientras a dos pasos en el Marché de Aligre, el vendedor de vegetales, árabe, te agradece la compra con esta bellísima bendición…Laí sajél…que romanizo en la escritura y que significa …que Dios te bendiga y provea…
Hemos pasado muchos momentos comprando en el mercado donde se convive con la tolerancia y el espíritu de laicidad que marca la sociedad francesa, es decir de ese compartir de la diversidad cultural de todas las religiones, sin que ninguna se imponga ni anule a la otra.
Fui al Mercado de Aligre, después de la tragedia de Berlín, como una manera de emblematizar la posibilidad de vivir juntos y de compartir las diferencias, había en el ambiente un dolor expresado por un gran recogimiento, de respeto y a la vez de sentir un duelo en la diversidad.
París invita a asomarnos al balcón de las culturas del mundo y presenciar las diferencias con admiración, interés y respeto, porque la cultura es más que la política, es mucho más que los paradigmas de poder, y porque París se la juega en el sentido de la apuesta que hace crecer la humanidad en sus diferencias.
Entre dos encuentros hemos caminado todas las orillas del Sena, buscando libros agotados por los “bouquinistes”….donde apareció una edición anotada de Michel Leiris, y la novela emblemática de Marguerite Duras “La Douleur”.
Entre aperitivos con amigos, con sabor a ostras, quesos fuertes y buenos “Kir Royal”, pudimos disfrutar las futuras generaciones, “abueleando” con Miguel Eduardo y Francois de catorce años ambos, la adaptación de Romeo y Julieta de Shahespeare en el teatro de la Comédie Francaise, bajo la dirección atrevida de Eric Ruf que apasionó al público con una escenografía impresionante en una dirección dramática que permite llegar a la tragedia después de un salto tragicómico de la primera parte que apuesta por la noche la divertimento, a la frivolidad antes de encontrar la pasión, la sangre y la muerte en una ambientación contemporánea de los años cuarenta. Un decorado exquisito donde las luces intervienen con la misma intensidad de la tragedia.
Un espectáculo que hará historia por su atrevimiento, su innovación y su juventud creativa.
Salir a las once de la noche por París con dos adolescentes de catorce años, que disfrutaron de un decorado de un teatro del siglo XVII, mantuvieron concentración y atención durante tres horas, fue una vivencia intensa del poder del arte y de la cultura sobre las circunstancias…Nada está perdido, nada se perderá, siempre que seamos capaces de mantener el equilibrio con las nuevas generaciones y transmitirles el patrimonio con la libertad de las nuevas interpretaciones. El espectáculo de Eric Ruf abrió el día siguiente un diálogo sobre la pobreza, la riqueza, la belleza, la pasión, el amor de Romeo y Julieta con la visión renovada de un director dramático que supo unir lo clásico con lo actual y el futuro.
París es la ciudad que lleva toda una experiencia combinando, asociando, invitando la diversidad en todos los aspectos, en todos los espacios, una ciudad que le dice al mundo que mientras el arte, la cultura y la creatividad se manifiesten, nada está ni estará perdido…perdido …

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