Hoy 
MADRID (AFP).- El Parlamento español cerró el paso el martes al «Plan Ibarretxe», nuevo estatuto de autonomía que aboga por convertir al País Vasco en una región «libremente asociada» al Estado español, tras un extenso debate en el cual el jefe del gobierno vasco advirtió que convocará a un referéndum.
Tras un debate de casi ocho horas, 313 diputados españoles de un total de 344 presentes en la cámara baja, rechazaron, como estaba previsto, el «Plan Ibarretxe», impulsado por los nacionalistas vascos, pues lo consideran «soberanista» y que «desborda claramente el marco constitucional».
Los legisladores de los mayoritarios Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Partido Popular (PP, derecha), dijeron «no» a la reforma del estatuto de Gernika, junto a la coalición Izquierda Unida (IU-pro-comunista) y dos formaciones regionalistas.
Pero 29 diputados de formaciones nacionalistas de Cataluña, País Vasco, Galicia y Navarra respaldaron el «Plan Ibarretxe», que fue defendido en el recinto por el propio jefe del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe.
Dos diputados de Izquierda Verde de Cataluña se abstuvieron en la votación del «Plan Ibarretxe» que otorga más competencias al País Vasco en seguridad social, justicia, fiscalidad -entre otras- e introduce la nacionalidad vasca, poniendo en tela de juicio la Constitución española de 1978.
El pleno en el Congreso de los Diputados, el primero en el que se debate la reforma de un estatuto de autonomía de una de las 17 regiones españolas, había comenzado a las 16H00 locales (15H00 GMT) con una intervención de media hora del lehendakari Ibarretxe.
«He venido a defender el derecho del pueblo vasco a decidir sobre su futuro», afirmó Ibarretxe que inició su alocución en euskera (lengua vasca) y subrayó que el plan que lleva su apellido, fue aprobado por el Parlamento vasco por mayoría absoluta.
«Vengo a ofrecer la mano tendida para iniciar un proceso negociador», añadió Ibarretxe, quien horas después de escuchar la posición de los 12 portavoces parlamentarios y del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió que convocará a un referéndum para que los vascos se pronuncien sobre el nuevo estatuto.
«Si esta cámara decide dar un portazo a la mayoría absoluta de la cámara vasca y a la sociedad vasca, simplemente cumpliré mi palabra y trasladaré la palabra al pueblo vasco», sostuvo el dirigente del Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado).
Desde 2003, cuando lanzó su plan, Ibarretxe dijo que convocaría a una consulta popular condicionada solamente a la ausencia de violencia en el País Vasco, en referencia a ETA.
En su primera respuesta a Ibarretxe, Zapatero lo invitó a decidir juntos el futuro estatuto de autonomía, anticipándole el voto negativo.
«Si vivimos juntos, juntos debemos decidir», enfatizó Zapatero que propuso un nuevo estatuto pero con «el respaldo de todos».
De «rotundamente inconstitucional» calificó el «Plan Ibarretxe» el portavoz socialista, Alfredo Rubalcaba, quien pidió al lehendakari que busque el consenso en el Parlamento vasco y «en estaríamos bien dispuestos a dialogar».
El nuevo estatuto para Euskadi logró su aprobación en el Parlamento vasco el 30 de diciembre (por el 51%) al recibir los votos de tres diputados de Sozialista Abertzaleak (SA), ex Batasuna, brazo político de ETA, pero fue rechazado por socialistas y conservadores.
En un tono más duro, el presidente del PP, Mariano Rajoy acusó al «Plan Ibarretxe» de querer «desmantelar el Estado español», pues no habla de autonomía sino de independencia.
Los independentistas y nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, lamentaron el «miedo» a los nacionalismos y subrayaron la «legitimidad» del plan presentado por Ibarretxe, a quien saludaron en euskera.
Izquierda Unida defendió la capacidad del Parlamento vasco de decidir una reforma del estatuto pero insistió en la obligación de pactar. En la réplica constató que el debate del martes fue «un diálogo de sordos».
