El Parlamento griego dio ayer el mandato al Gobierno para continuar negociando con los acreedores en base a la última propuesta de acuerdo presentada este jueves por Atenas. La votación salió adelante con los votos a favor de 251 diputados, mientras que 32 votaron en contra y 8 se abstuvieron.
Las abstenciones fueron en su totalidad de los diputados del gubernamental Syriza como el ministro de Energía y líder de la corriente más izquierdista del partido, Panayotis Lafazanis, y la presidenta del Parlamento, Zoé Konstandopulu. Además de la gran mayoría del izquierdista Syriza y de los diputados de su socio de Gobierno, votaron a favor el nacionalista Griegos Independientes, los conservadores de Nueva Democracia, el centrista To Potami y el socialdemócrata de Pasok.
En cambio, los neonazis de Amanecer Dorado, los comunistas del KKE y dos diputados de Syriza se posicionaron en contra. Antes de la votación y ante el anuncio de que algunos de los diputados de Syriza no iban a secundar el mandato, el primer ministro, Alexis Tsipras, hizo una intervención para llamar a unidad.
Tsipras afirmó que el procedimiento era necesario para que el ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, tuviese el máximo apoyo de cara a obtener el mejor resultado posible. “El voto a favor de diputados del Gobierno es el mínimo de confianza que se puede mostrar hacia el Gobierno y el primer ministro”, dijo Tsipras.
El Gobierno decidió pedir al Parlamento su mandato para seguir con las conversaciones, tras enviar a los representantes de las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) el paquete de reformas que incluye aumento impuestos, de cotizaciones sociales y reducción pensiones. El primer ministro señaló que el Gobierno ha hecho muchas concesiones en la propuesta enviada a acreedores respecto al programa inicial.