Atenas.  El Parlamento griego vota esta noche el primer paquete de reformas de la nueva legislatura, de cuya aprobación depende el desembolso de un tramo del tercer rescate por valor de 2.000 millones de euros.

El paquete contiene una docena de reglamentos acordados con los acreedores que, básicamente, apuntan a mejorar los ingresos del Estado, aumentar la edad de jubilación y luchar contra la evasión fiscal.

Entre las medidas que deberán ser votadas figura un aumento de los intereses, del 3 % al 5 %, para aquellos que se acogieron a la posibilidad de devolver a plazos sus deudas al Estado.

Se trata de una de las medidas más exitosas del primer gobierno de Alexis Tsipras, pues hubo muchos ciudadanos con deudas acumuladas que se apuntaron a esta posibilidad de legalizar su situación.

Sin embargo, la denominada cuadriga de acreedores -Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo Europeo de Estabilidad y Fondo Monetario Internacional-, había exigido endurecer las condiciones de devolución.

Uno artículo que fue eliminado del borrador de ley, al día siguiente de remitirse el lunes al Parlamento, es el que preveía aumentar en dos puntos porcentuales la tasación de las rentas de alquileres.

El aluvión de críticas que causó esta medida llevó al Ejecutivo a dejar los impuestos como estaban, en el 13 % las rentas anuales de alquileres inferiores a los 12.000 euros, y en el 33 % para las superiores.

En la lucha contra el fraude fiscal se introducen penas de cárcel de un mínimo de 2 años para cantidades no declaradas del IVA que superen los 50.000 euros, y de más de 100.000 euros en el caso del impuesto sobre la renta.

Si la evasión fiscal supera los 150.000 euros se procede al embargo del 50 % de los depósitos bancarios.

Respecto a la edad de jubilación el borrador contempla el aumento progresivo hasta los 67 años como regla general, y hasta los 62 años para todas las personas que hayan trabajado 40 años.

La oposición conservadora, centrista y socialdemócrata, cuyo apoyo necesitó Tsipras en verano para firmar el rescate, ha adelantado que esta vez votará en contra.

Los conservadores acusaron al Gobierno de adoptar medidas que aumentan la presión fiscal y reducen salarios y pensiones.   Los socialdemócratas fueron aún más lejos y reprocharon al Gobierno izquierdista de aplicar recetas neoliberales.