-Vivir en las Antillas no es cosa fácil. Ustedes tienen complicaciones especiales que no conocen los habitantes de otros lugares. Las islas de las Antillas son francesas, inglesas, españolas, holandesas, danesas; en los mapas del archipiélago se consignan: islas vírgenes británicas e islas vírgenes americanas. Es una mescolanza tan grande, que llega a trastocar o confundir la identidad cultural de estos pueblos. Los puertorriqueños viejos sobrevivían atrapados entre la plena y “fox-trot”. Blancos, negros, mulatos, coexisten rodeados de prejuicios: pelo bueno, pelo malo, muy prieto, menos prieto, “nariz bombolona”, “bembe grande”. Las diferencias raciales y culturales no dejan de estar presentes en las conversaciones.
– El fabulista español Tomás de Iriarte es el autor de la conocida historia del burro y la flauta, la cual termina: “Sin reglas del arte/ borriquitos hay/ que una vez aciertan/ por casualidad”. Iriarte también escribió: “De Santo Domingo trajo/ dos loros una señora; / la isla en parte francesa, / y la otra parte española./ Así cada animalito/ hablaba distinto idioma./ Pusieronlos en el balcón,/y aquello era Babilonia”.
Un historiador dominicano, desempleado, dedicó algún tiempo a la búsqueda de datos sobre esos loros del siglo XVIII. Cuando el loro haitiano decía: “oui madame”, el loro dominicano decía: sí señor. Sólo tenían iguales las plumas; los dos loros eran verdes.
-El historiador averiguó que los dos pájaros proferían distintas malas palabras; también determinó que no tenían la misma ideología; uno era republicano, otro monárquico. El loro haitiano gritaba: ¡ viva el rey ! ¡ El dominicano, repetía: ¡ quiero comer! En las Antillas siempre hay que sufrir intervenciones extranjeras dolorosas. Mi abuelo me contaba de Valeriano Weyler, capitán general de Cuba. Este militar español, marqués de Tenerife, estableció campos de concentración para confinar a los cubanos partidarios de la independencia política.
-Hace poco leí de un político puertorriqueño, aspirante a gobernador de la isla, defensor de la anexión a EUA. ¿ No es extraño el comportamiento del general Pedro Santana? El mismo hombre que pelea contra los haitianos, es quien procura la anexión a España en 1861. El clima de las Antillas es maravilloso, pero su cultura es ambivalente. Hernández Franco dice que Erick, el muchacho noruego, “murió un buen día entre Jesucristo y damballa-oyedó.