Parque histórico, el octavo arte

Parque histórico, el octavo arte

En el parque temático Puy du Fou, al oeste de Francia, elegido como uno de los mejores del mundo, los visitantes se convierten en viajeros en el tiempo a través de una nueva forma de expresión artística considerada como un “octavo arte”, capaz de sumergir a la familia en una multitud de universos.

Un torreón de 18 metros de altura desplazándose; un barco vikingo de 20 metros de longitud emergiendo del agua; cincuenta caballos realizando una carrera de cuadrigas; una plataforma pivotante que gira 360 grados; decorados que recrean el balanceo de un barco del siglo XVIII o un flota de drones que danza en el cielo. Estos son algunos de los espectáculos que se descubren en el parque temático Puy du Fou en Les Epesses, al oeste de Francia, cerca de la localidad de Nantes.
Aquí se ha creado una nueva forma de contar y organizar aquellas historias que tienen un alma universal, provocando emociones y usando un lenguaje que trasciende las culturas, mediante una expresión artística considerada como un “octavo arte”, más allá del cine.
Galardonado con seis premios internacionales y con visitas que superan los dos millones de personas en 2018, este parque, que debe su nombre a un cercano castillo en ruinas, es un referente mundial en espectáculos y ocio y un lugar de visita “imprescindible en Francia y el parque favorito de los internautas”, según TripAvisor, sitio web estadounidense que proporciona valoraciones de contenidos relacionados con viajes.
Sus grandes espectáculos están inspirados en la historia, con efectos especiales sobrecogedores, espectaculares acrobacias, puestas en escena audaces y decorados alucinantes, sumergen a toda la familia en una multitud de universos.
“Ya sea de día o de noche, los visitantes se olvidan del siglo XXI y emprenden un viaje fantástico en el tiempo, eligiendo el período de historia, espectáculos y comida que prefieran y disfrutando de ‘shows’ que son como películas en vivo, con su acción rápida y espectaculares efectos especiales”, señala a Efe Gaëtan Favreau, portavoz internacional de Puy du Fou.
Es un viaje por personajes, sitios, episodios y creaciones clave de las distintas etapas de la historia. Se puede acceder a lugares de la Antigüedad (siglos I hasta el siglo IV); la Edad Media (siglos V a XV); el Renacimiento (siglos XV y XVI), y el Gran Siglo (siglo XVII), hasta ‘La Belle Epoque’ (siglos XIX y XX).
En ese viaje en el tiempo se puede contemplar un combate de gladiadores o unas carreras de cuadrigas en un impresionante estadio galo-romano, a la sombra de un auténtico “velum”, un toldo suspendido sobre las gradas gracias a un sistema complejo de cuerdas.
También se pueden ver a los guerreros vikingos surgir de sus temibles navíos “drakkars” para saquear una tranquila aldea, y a decenas de águilas, halcones, buitres, milanos y lechuzas, bailando en el cielo y volando a ras del público.
Los espectadores presencian las historias de una pastorcilla que en plena Guerra de los Cien Años (conflicto entre los reinos de Francia e Inglaterra (1337-1453)) se va a buscar una lanza mágica para proteger unas murallas encantadas de 8 metros de altura y 60 metros de largo, y de un amor imposible del siglo XVII, con duelos de capa y espada, además de bailes flamencos y hazañas ecuestres.
También el público asiste al trágico destino de un marino francés, héroe de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1775-1783), en una puesta en escena grandiosa, en 360 grados, en un escenario de 7500 metros cuadrados.
Espectáculos envolventes y emocionantes. El parque ofrece espectáculos en los que el espectador se siente realmente inmerso. Como un viaje a bordo del célebre barco de investigación francés “La Boussole” (fletado en 1785), para experimentar cada etapa de esa expedición sin retorno por el océano Pacífico.
Los visitantes también pueden adentrarse en una trinchera de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), percibiendo el ruido de los bombardeos y observando la vida de los soldados, así como conocer la historia de un castillo desvelada por sus habitantes entre recitales y anécdotas, atravesando galerías a las salas de armas y pasajes subterráneos.
También son cautivados por el ilusionismo y lo sobrenatural, sumergiéndose en la leyenda del rey Arturo, y observando cómo los habitantes de un pueblo de 1900 apagan un incendio, durante un evento inspirado en las comedias musicales.

Publicaciones Relacionadas