Parque Nacional Los Haitises: Historia, riqueza natural y amenazas ambientales

Parque Nacional Los Haitises: Historia, riqueza natural y amenazas ambientales

Los Haitises.

Ubicado en el noreste del país entre las provincias de Samaná, Monte Plata y Hato Mayor, el Parque Nacional Los Haitises es una de las áreas protegidas más emblemáticas del país. Su nombre, que en taíno significa “tierra de montañas”, refleja su geografía única, caracterizada por mogotes kársticos, vastos manglares y una red de cavernas con petroglifos y pictografías precolombinas.

Con una extensión aproximada de 600 kilómetros cuadrados, el parque es un refugio de biodiversidad y un importante regulador hídrico, ya que allí empiezan a brotar varios ríos esenciales para la región, como el Socoa, Barracote y el Yuna.

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Historia y orígenes

En 1968, se estableció una zona vedada de 20,800 hectáreas en Los Haitises. Posteriormente, en 1976, la Ley 409 creó el Parque Nacional Los Haitises, y con el tiempo se emitieron varios decretos para ajustar su extensión. En 1996, el decreto 233-96 amplió sus límites a casi toda la región, medida que fue ratificada en el 2000 por la Ley 64-00 de Medio Ambiente. Sin embargo, la Ley 202-04 de Áreas Protegidas redujo nuevamente su tamaño, a pesar te poseer la categoría de parque nacional. (Mateo y López, 2010)

Los Haitises fue declarado parque nacional en 1976 con el propósito de conservar su invaluable biodiversidad y su ecosistema, que alberga especies endémicas y en peligro de extinción, como la lechuza orejita, el manatí antillano y el halcón de La Española.

Riqueza ambiental

Sus bosques húmedos tropicales son el hogar de una gran variedad de flora y fauna, incluyendo especies como la palma cana, el cedro, la caoba criolla, así como mamíferos, reptiles y aves que encuentran en este ecosistema su último refugio natural. Además, el parque resguarda importantes expresiones del arte rupestre taíno en sus numerosas cuevas, como la Cueva de la Línea y la Cueva San Gabriel, que contienen petroglifos y pictografías que datan de siglos atrás.

Amenazas

A lo largo de los años, Los Haitises ha enfrentado numerosas amenazas que ponen en riesgo su equilibrio ecológico. Entre ellas, una de las más persistentes ha sido la práctica del conuquismo, un sistema agrícola tradicional de tala y quema que ha causado la degradación de extensas áreas dentro del parque. Este método, empleado por campesinos que buscan tierras fértiles para la siembra de cultivos como yuca, maíz y plátano, ha resultado en la deforestación de importantes sectores, reduciendo la capacidad del ecosistema para retener agua y provocando la erosión del suelo.

Intervenciones

El Estado ha realizado múltiples intervenciones en esta área protegida para frenar la deforestación y otros delitos ambientales. En mayo de 2023, se desplegó un operativo de 15 días con más de 300 efectivos, que resultó en la detención de 101 extranjeros y cuatro dominicanos, además de la incautación de herramientas y animales. En mayo de 2024, se llevaron a cabo nuevas operaciones, y fueron arrestados 431 haitianos y ocho dominicanos, se desmantelaron conucos ilegales y ocuparon embarcaciones, motocicletas y motosierras.

Además del conuquismo, el Parque Nacional Los Haitises ha sido blanco de otras actividades ilícitas, como la extracción ilegal de madera, la caza furtiva y la ocupación irregular de terrenos. La deforestación ha afectado directamente los recursos hídricos de la región, comprometiendo la calidad y disponibilidad de agua en fuentes tan importantes como los ríos Socoa, Barracote y el Yuna. La tala indiscriminada también ha alterado el hábitat de especies en peligro, generando un impacto en la biodiversidad del parque.

Resiliencia

El otrora administrador del parque, agrónomo José Manuel Mateo Félix afirma que históricamente la actividad agropecuaria ha tenido un impacto de gran magnitud: “Una buena parte de su cobertura vegetal, de esos 1,600 kilómetros de zona kárstica, han sido degradados y que, siendo un bosque húmedo, tiene una capacidad muy alta de recuperación, resiliencia y auto restauración. Y en realidad, si los Haitises se dejan tranquilos, si no tienen esa presión de tala y de tumba, su recuperación suele ser alta”.

Recursos insuficientes

El también ambientalista Mateo Féliz advierte que los guardaparques enfrentan serias limitaciones que afectan las áreas protegidas. La falta de personal, infraestructura deteriorada y ausencia de insumos básicos como mochilas, binoculares y equipos de comunicación debilitan la vigilancia. Además, carecen de capacitación adecuada y condiciones laborales dignas.

A pesar de las dificultades, el parque sigue siendo un símbolo de la riqueza natural y un espacio para la conservación de los ecosistemas tropicales. La lucha por su protección continúa siendo un reto compartido entre el Estado, la sociedad civil y las comunidades que lo rodean, en un esfuerzo por garantizar su preservación para las futuras generaciones.

Hainan Reynoso Uribe

Hainan Reynoso Uribe

Periodista con casi 27 años de experiencia. Licenciada en Comunicación Social con maestría en Ciencias Políticas para el Desarrollo Democrático. Correctora de estilo, locutora, maestra de ceremonias. Guardiana de la Verdad.
Journalist with nearly 27 years of experience. Bachelor’s degree in Social Communication with a master’s in Political Science for Democratic Development. Proofreader, broadcaster, master of ceremonies. Guardian of the Truth.

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