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La historia de los parques tiene antecedentes claves y decisivos. Inicia en jardines israelitas, persas, griegos y babilonios. De aquí al jardín romano, luego al parque distintivo de la conquista árabe de Iberia. De éste a los jardines renacententistas, italianos y especialmente el parque paisajístico inglés. El origen del parque se puede rastrear hasta el siglo XVIII asociado al capitalismo británico. Sin estudiar el origen de la economía de mercado, no es posible asimilar el parque público del siglo XXI.
Alessandra Ponte, que investigó los parques de UK y USA, subraya la transición del “espíritu de la plaza al espíritu de la civilización”, y demuestra que a principios del XIX, el jardín urbano sufrió, igual que la arquitectura, una transición que lo llevó de lo estético sobre “el qué” a lo pragmático del “para qué” o funcionalismo. En Santiago del siglo XIX, el Parque Duarte se denominaba “Parque Central”. Si examinamos la historia conoceremos que este espacio era una sabana de la Plaza de Armas donde transitaban yuntas de bueyes, vacas, caballos, burros, ciudadanos y vendedores, recuas de animales y gente que erigió la identidad del Santiago que tenemos hoy.
Hace 130 años se definía el Parque Duarte como centro urbanístico, siendo la Sociedad “Progresista del Yaque” como entidad y los ciudadanos Ulises Espaillat y José Batlle sus principales promotores. En el Siglo XXI, una coincidencia histórica pues Juan José Batlle, descendiente y de los fundadores más notables del Plan Estratégico Santiago, es uno de los componedores claves del nuevo Parque Central. Hoy como metrópolis caribeña, el Parque Central se convertirá en la nueva centralidad. En el XXI se progresa de Parques a Sistema Verde. Cuando se diseña un sistema es diferente a cuando se proyecta un parque. El sistema impone que cada espacio sea un subsistema de gestión sostenible, y contribuya a la adaptación al cambio climático y metabolismo de gases invernadero.
Un sistema imputa una eficiente gestión de parques para garantizar el conjunto de espacios públicos, y ofertar un mayor acceso al sistema verde, elevar el índice de permeabilidad del suelo y eficientizar la recolección pluvial. El sistema impone sostenibilidad de espacios públicos conciliando tres intervenciones: i) eficiencia ecológica, ii) eficiencia de la adaptación al cambio climático y iii) eficiencia económica. Un tema transversal es la animación sociocultural en el sistema verde, un ejercicio vital.
