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JOHANNESBURGO, EFE .- La costumbre sudafricana de polemizar por todo se ha extendido en esta ocasión al Día de la Parrillada, que lleva ya tres ediciones y que en esta ocasión ha suscitado la ira y las críticas de bandos insospechados.
El llamado «Braai Day» sólo ha institucionalizado, mediante una iniciativa privada, una costumbre muy arraigada en Sudáfrica en la que las estrellas son el carbón, la parrilla, la carne y los chorizos, llamados aquí «boerewors» por su nombre en afrikaans. Nadie pensaría que algo tan inocente pudiera enojar a alguien, pero desde que se celebró el lunes pasado el último Día de la Parrillada la polémica ha quedado servida, y de ella se han hecho eco los medios de comunicación. «Somos sudafricanos: no nos ponemos de acuerdo sobre nada», reconoció ayer la comentarista radial Redi Direko cuando conducía en una de las más importantes emisoras privadas de Sudáfrica las opiniones a favor y en contra de esta fecha.
El problema del «Braai Day» es que, en primer lugar, la carne es protagonista. Y en segundo lugar, que la fecha coincide con el Día del Legado Histórico, supuestamente dedicado a recordar el patrimonio de las comunidades originarias africanas. El ataque de los defensores de animales ha sido furibundo. «Millones de animales han muerto en Sudáfrica para satisfacer la celebración de un ritual primitivo», afirmó Catherine Molyneux, directiva de la asociación Unidos por los Animales. La agrupación cree que celebrar algo comiendo carne debería recibir una condena parecida a la de la esclavitud, el «apartheid» y «otras obscenidades».
En un país en el que la carne no está al alcance de todos los bolsillos y tan amante de las actividades al aire libre, los escrúpulos de los vegetarianos no han tenido más eco que el recogido en los medios de comunicación. Pero sí se ha hecho más caso al Consejo del Patrimonio Nacional, que piensa que a la fecha le han robado el espíritu. El Día del Legado Histórico supuestamente sirve para recordar tradiciones, culturas pasadas y presentes.
