La iglesia Santo Tomás Apóstol evangelizó ayer a la comunidad del ensanche Espaillat en el Distrito Nacional junto a 50 misioneros de otros países, y su párroco, José Ramón Arias Almonte, declaró que los sacerdotes no ejercen la dimensión profética a la que están llamados, mientras la República Dominicana se está convirtiendo en una nación casi como Sodoma y Gomorra.

Llamó a sus compañeros sacerdotes arquidiocesanos, especialmente, a los obispos, “a que se pongan las pilas” y a emprender juntos una campaña más agresiva en contra de los males que están pasando en nuestra sociedad.

Dijo que hace falta “entre nosotros ejercer nuestro profetismo de denuncia, de anuncio. Somos una nación cristiana, no solo de católicos”.

El cura Arias Almonte expresó que se siente muy preocupado porque “no estamos ejerciendo la dimensión profética a la que estamos llamados, hacen falta nuevos fray Antón de Montesinos, nuevos Juan Bautista, nuevos Jeremías, Jonás, para que enfrenten tantos males que nos arropan”. Debemos anunciar el evangelio con valentía, sin importar que maten al cuerpo”. El religioso tiene a su cargo una barriada con problemas de delincuencia, falta de fuente de empleo, drogadicción y manifestaciones sexuales entre parejas de un mismo sexo.