Participación Ciudadana y Finjus critican
sueldos de lujo de altos funcionarios

<p><span>Participación Ciudadana y Finjus critican<br/></span>sueldos de lujo de altos funcionarios</p>

POR GERMAN MARTE
La inequidad en los niveles salariales y las pensiones de funcionarios públicos es el reflejo de un Estado desarticulado, que no actúa de manera coordinada; además, los sueldos exorbitantes de algunos ejecutivos no se corresponde con el supuesto plan de austeridad anunciado por el gobierno, afirmaron ayer la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) y el moviendo cívico  Participación Ciudadana (PC).

Las entidades de la sociedad civil dijeron en declaraciones por separado que los salarios escandalosamente altos de algunos funcionarios, publicados el viernes por este diario, no se corresponden con la estructura salarial del sector público.

Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente de Finjus, resaltó que algunos funcionarios ganan más que el propio presidente de la República, pero además “las pensiones de los jueces de la Junta Central Electoral están por encima que la del presidente (Leonel Fernández)”.

Según la información publicada por HOY indica que algunos funcionarios públicos devengan sueldos equivalentes a más de 200 veces el salario mínimo, y entre otros citó al gobernador del Banco de Reservas (RD$975 mil), el del Banco Central (RD$950 mil) y al secretario de Finanzas (RD$740 mil), Superintendente de Bancos (RD$705 mil). Además de lujosos sueldos, algunos funcionarios tienen beneficios adicionales como gastos de representación, inscripción en clubes, bonos por cumpleaños y otros incentivos.

Mientras, destacó Castaños Guzmán, hay sectores que se están quejando por los bajos salarios, como es el caso de los fiscales.

Indicó que los jueces ganan hasta el doble de lo que ganan sus homólogos del Ministerio Público. Añadió que el Procurador General de la República, que tiene la misma jerarquía administrativa que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia gana mucho menos que este último. Asimismo, un juez de Corte probablemente gane el doble de lo que gane un procurador de Corte, “y eso se está dando en todas las instancias del Estado”.

Esta situación, agregó el vocero de Finjus, conduce al desorden en que históricamente ha vivido el país en cuanto a su estructura administrativas y los niveles salariales.

También, es el reflejo de que en el país no ha existido una planificación que envuelva a todas las instituciones, tampoco existe una ley de salarios para los funcionarios de carrera, lo cual genera una distorsión, todo lo cual está provocando que algunos servidores públicos prefieran irse al sector privado, como acaba de ocurrir recientemente con tres fiscales que renunciaron por los bajos salarios que percibían.

ALTOS SUELDOS VS. AUSTERIDAD

Para Javier Cabreja, director ejecutivo de PC, los exagerados sueldos que reciben algunos funcionarios públicos, así como las exorbitantes pensiones de otros no se corresponden en nada con la política de austeridad que predica el gobierno, ni con la crítica realidad económica que está viviendo el país.

“Debe haber un mayor equilibrio entre los distintos servidores públicos y sobre todo aquellos que dan un servicio tan importante para el país, fundamentalmente vinculados al área social, como son los de Educación y Salud Pública, donde hay muchas dificultades relacionadas con los recursos necesarios para que puedan desempeñar su labor”, expresó Cabreja.

Consideró una contradicción que algunos funcionarios del Poder Judicial devenguen altos sueldos, mientras los fiscales no cuentan con salarios adecuados.

“Ahí hay una diferencia entre los salarios del Poder Judicial y los del Ministerio Público que no se corresponde, por eso es importante que el gobierno se avoque a lograr mayor equidad entre los distintos servidores públicos”, manifestó.

Añadió que algunas instituciones como el Banco Central y la Junta Central Electoral que otorgan pensiones exorbitantes y que no se corresponden con la realidad del Estado dominicano, y lo mismo pasa en el Congreso Nacional, donde congresistas que no tienen ni la edad, ni el tiempo necesario sirviéndole al Estado se les paga pensiones sumamente altas.

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