Participación Ciudadana, la JCE y el partido oficial

Participación Ciudadana, la JCE y el partido oficial

Nos referiremos mayormente al partido oficial, porque es casi siempre con el partido que ha estado gobernando, que Participación Ciudadana tiene dificultades. Ciertamente que en el país no había en el pasado ningún observatorio ni entidad no oficial que velara por la pulcritud de las elecciones y de otros asuntos públicos.

Podría ser un error táctico de consecuencias impredecibles, que algunos de los partidos políticos, particularmente los dos mayores partidos, intenten restarle credibilidad a Participación Ciudadana (PC), entidad que ha cumplido honrosamente  veinte años de muy valiosos servicios a la institucionalidad  democrática.

No parece conveniente para nadie que la JCE se quede como la única fuente de legitimación de los resultados electorales, sobre todo porque últimamente se ha optado por aceptar que algunos de sus funcionarios sean recomendados por los partidos. Hasta ahora, la credibilidad de varias firmas encuestadoras ha coadyuvado a legitimar los resultados de los comicios.

No obstante, si continúan ciertas formas desaprensivas de usar las encuestas partidarias para confundir al electorado, y acciones para restarles credibilidad a dichas firmas encuestadoras, tan solo vendría quedando la ganada credibilidad que en clases medias y en los sectores de opinión más depurados del país, ha alcanzado Participación Ciudadana;  y quizás alguna  otra fuente de legitimación, que difícilmente tengan, como lo ha tenido PC, un equipo de ciudadanos de gran valía, profesionales de prestigio, y un contingente de jóvenes de todo el país, y, seguramente, simpatizantes del PLD y del PRD, pero también de los otros partidos, así como personas sin preferencias  partidarias, seleccionados precisamente por su compromiso con la institucionalidad democrática.

De eso hay testigos en los partidos. En el propio partido oficial hay incluso fundadores de Participación Ciudadana que seguramente no tendrían ningún reparo en testimoniar a sus colegas gobernantes acerca de la honestidad de los que dirigen y han dirigido desde sus inicios a PC.

Se pueden citar docenas de miembros de PC de orientación peledeísta, o perredeísta, y colaboradores importantes de esos partidos. Y de gentes que tan solo anhelan que se respeten los valores y las instituciones. Incluidos honorables miembros de organizaciones de luchadores contra el trujillato, y contra otras formas de injusticia social; más una larga lista de organizaciones populares. Por otra parte, la OEA, ni otros tipos de observadores extranjeros cuentan con el equipo, los procedimientos, técnicas y experiencia de PC. Tampoco tienen suficiente credibilidad en las clases medias y populares. Las democracias precarias, como la nuestra, necesitan de observadores y de una vigilancia militante de toda la ciudadanía a los procesos comiciales.   Por lo demás,  tanto los observatorios de la sociedad civil como las encuestas independientes  son instrumentos de las democracias del primer mundo.

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