Participación de la ciudadanía inevitable en reformas políticas

Participación de la ciudadanía inevitable en reformas políticas

Es inevitable en las reformas de políticas públicas integrar a la gente”, esta es una de las claves para logar las reformas institucionales que ayuden a mejorar la agenda de desarrollo en la región, según lo expuesto por la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
La exmandataria, al participar en el Foro Internacional de Liderazgo para la Gestión Pública, establece que la participación de la ciudadanía debe darse desde la fase de diagnóstico del problema hasta el diseño de la política, en la fiscalización y la implementación de la misma.
Chinchilla, quien dirigió los destinos de la nación centroamericana, habló desde su experiencia y lo que le funcionó en su mandato durante el período 2010-2014.
Dijo que en el tema de seguridad le surtió éxito propiciar la integración, aunque admite que no es tan fácil implementar políticas públicas participativas, sin embargo asegura que no se debe dudar en procurarlas.
Esta postura que plantea Chinchilla es secundada por los profesores José Ramón Pin del IESE en España y Miguel Manzi, consultor para las Naciones Unidas en asuntos de gobernabilidad, democracia y desarrollo.
Manzi va más allá, asegura que el apellido de la democracia es la representatividad. “La participación de la gentes es decisiva, fundamental”, dice.
Gobiernos digitales. La expresidenta también promueve la utilización de las tecnologías de la información en los gobiernos. Que toda la información que tenga que ver con la administración pública esté colgado en Internet.
Cree presidentes deben integrar agenda digital.
Dice que en su caso la tecnología es para hacer la reforma de procesos. “Con ella podemos abrir espacios de participación a la gente”.
Explica que esta permite la consulta, la rendición de cuentas y agilizar muchos procedimientos.
Sostiene que en las tecnologías las políticas públicas tienen un gran aliado.
Establece que partiendo de las demandas de una democracia participativa y una economía más colaborativa, en las tecnologías se encuentra un asociado.
Así también lo cree Manzi, quien asegura que las herramientas tecnológicas además contribuyen a la transparencia.
Dice que los sistemas deben ser abiertos e integrar más información a la red y que las leyes deberían obligar a los administradores públicos a levantar en las redes la mayor cantidad de información posible, que ayudaría a combatir la opacidad, a su juicio, uno de las mayores causas de malestar y disgusto en los ciudadanos.
Chinchilla, que cree la participación y la tecnología ayudan, pero admite que las reformas del Estado son complejas y no llegan muy rápido.
Afirma que hoy en día hay más expectativa sobre los líderes, sobre todo en el sector de clase media, que es el más crítico, que demanda participación.
Señala como uno de los restos del liderazgo en América Latina promover una democracia de ciudadanos con igual posibilidad de acceder a las oportunidades e iguales posibilidades de participar en la toma de decisiones.
Los líderes ahora tienen que responder a otro tipo de demandas, porque la generación de hoy busca otras respuestas, refiere la política.
Dice el liderazgo se enfrenta hoy día a la generación de los millennials, (los nacidos entre el 1981 y el 1995), que tiene otro tipo de demandas, que representan un reto al momento de generar políticas públicas.

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