Desde hace muchos años el papel que desempeñan las ONG en el país ha estado en el tapete de las discusiones, en donde se ha analizado la utilidad o el rol de las mismas en la vida nacional. Algunas se ha comprobado que son instituciones serias, de servicios, otras son entelequias que gracias a que nuestros legisladores no leen y menos estudian, sus estatutos sociales y sus propósitos, son elevadas al Poder Ejecutivo, que con cargo al Presupuesto de la Nación después de verificar sumariamente sus fines y propósitos, las promulga en la Gaceta Oficial.
Hemos manifestado que algunas–no las mayorías– desarrollan programas y proyectos que benefician a sectores menos favorecidos de la población dominicana. Sin embargo, hay instituciones reconocidas por el Poder Ejecutivo que distan mucho de las bonanzas que pregonan a favor de los que pretenden patrocinar y más bien son creaciones cuyos objetivos sonmuy difíciles de lograr, hechas a la medida, por vendedores de sueños y quimeras cuyos directivos son tan poco creativos que,en muchos casos, duplican las acciones de otras, con la consecuente pérdida económica para los contribuyentes, quienes son a la postre y a la larga, los mayores perjudicados.

Según estadísticas confiables, en el país existen unas 1,202 ONG, todas según sus estatutos “sin fines de lucro”, lo cual en muchos casos no es cierto,yaque encubren operaciones comerciales, con las consiguientes ventajas frente a entidades similares que sí pagan los impuestos correspondientes; y no llevan una doble contabilidad, una para el Estado y la otra para sus fines comerciales disimulados por el manto de la ONG.
Dentro de las diferentes categorías de ONG hay algunas sustentadas y dirigidas y apoyadas financieramente por gobiernos extranjeros, los cuales, bajo el esquema de protección a los desvalidos, más pobres y desamparados, ejecutan proyectos que si se desarrollasen en sus propios países no los permitirían, ya que eso significaría una intervención directa en los asuntos inherentes al país en el cual la acción se ejecuta.
Francia y Canadá, países miembros de la Francofonía, creen que debido alapoyo consecuencia de la lengua francesa, apoyan a sus antiguas colonias y se abroganel derecho de, en países como el nuestro, con gobiernos complacientes, inician la construcción de viviendas económicas para ser suministradas a haitianos, la mayoría de ellos ilegales, con lo cual violan nuestras leyes y el Poder Ejecutivo no reacciona ante esta flagrante violación de nuestra soberanía. Lo peor del caso es que todas estas manipulaciones se hacen al amparo de un silencio culposo de las comunidades donde se llevan a cabo estas construcciones.
El pueblo solo se percata de las acciones de las ONG cuando sale publicado su exequátur que le permiten realizar actividades en el territorio nacional. Sin embargo, siendo dinero de los contribuyentes los que financian las mismas, tenemos derecho a saber cómo se emplean estos recursos, ya que consideramos que muchas no cumplen y no califican para los fines que fueron autorizados, después de su inserción en la Gaceta Oficial.

Según lo que hemos podido compendiar sobre las ONG, cualquier ciudadano, sea este nacional o extranjero, tiene la posibilidad de redactar unos estatutos, inventarse una intención y presentarla a nuestros legisladores, quienes sin mucha ponderación y sobre todo, si hay un interés del proponente, fácilmente es aprobada y el Poder Ejecutivo ordena su incorporación en la Gaceta Oficial.

Entonces, proponemos que el Poder Ejecutivo, auxiliado, sea por el Colegio de Abogados o de Notarios, cedaceen y profundicen cada una de las ONG existentes, aún aquellas que sabemos son auténticas, para que no expresen ideas discriminatorias. En consecuencia, después de haberse estudiado y analizado concienzudamente cada ONG, den un veredicto imparcial sobre su legitimación, para que el Poder Ejecutivo tome la decisión de validarla o ilegitimarla. De esa manera, las aprobadas tendrán el apoyo y el sostenimiento de los contribuyentes que ahora dudan de su autenticidad.