Migrant families who are part of a caravan of Central Americans trying to reach the U.S. border halt for a rest day, in San Pedro Tapanatepec, Mexico, Sunday, Oct. 28, 2018. Thousands of migrants took a break Sunday on their long journey toward the U.S. border. (AP Photo/Rodrigo Abd)
La paciencia parecía agotarse el sábado entre los 4.000 migrantes centroamericanos que viajan en caravanas hacia Estados Unidos, con algunos de ellos discrepando abiertamente de los organizadores que los guían a través del sur de México.
Varios miles de migrantes optaron por descansar en los pueblos de Juan Rodríguez Clara e Isla, mbos en el estado mexicano de Veracruz, que se encuentran a unos 64 kilómetros (40 millas) de Sayula, su escala anterior en el vecino estado de Oaxaca. Y aunque en un principio habían acordado llegar hasta Isla para alimentarse y descansar, fueron pocos los que se quedaron ahí, especialmente familias con niños, pues el resto aprovechó los «aventones» del camino y decidieron continuar hasta Puebla.
Muchos dijeron haber perdido la fe en los organizadores del grupo más grande después que estallara la confusión respecto a unos autobuses que habrían llevado a los migrantes en una ruta hacia Ciudad de México.