Partidarios de Mursi no logran movilizar más que a unos miles de manifestantes

<P>Partidarios de Mursi no logran movilizar más que a unos miles de manifestantes</P>

EL CAIRO, Qahirah. AFP. Los partidarios del presidente islamista Mohamed Mursi, depuesto por el ejército, no lograron reunir más que a unos miles de manifestantes el viernes en Egipto, señal de que su capacidad de movilización se ha reducido drásticamente en dos semanas de cruenta represión y de detención de sus dirigentes.  

Los Hermanos Musulmanes, hermandad a la que pertenece Mursi, sufrió un nuevo golpe el jueves con la detención de uno de sus últimos altos cargos todavía libre y de un exministro.  

Después del rezo del viernes, hubo varias marchas en El Cairo y en su periferia, pero no reunieron más que a cientos, a veces unos miles, de manifestantes, que protestaban en contra de lo que consideran un golpe de Estado militar contra Mursi.  

La policía ha dispersado con granadas lacrimógenas en una manifestación de solo una treintena de personas en una plaza del centro de la capital. «Somos pocos porque la policía ha bloqueado la entrada a la plaza», explicó el manifestante Mohamed el Gezairi.  

Algunos enfrentamientos opusieron también a los manifestantes y a las fuerzas de seguridad en diferentes puntos del país, pero sin gravedad, según responsables de seguridad.  

Desde hace 10 días, las manifestaciones se hacen escasas y no reúnen más que a unos centenares de personas entre semana y unos miles el viernes, mientras los Hermanos Musulmanes movilizaban a cientos de miles de seguidores antes del 14 de agosto, cuando el ejército y la policía lanzaron los primeros asaltos mortíferos contra las concentraciones pro Mursi. 

Primer presidente elegido democráticamente en Egipto, Mursi fue depuesto y detenido el 3 de julio por el ejército después de que millones de manifestantes reclamaran su salida.  

El 14 de agosto, el gobierno nombrado por el ejército ordenó la dispersión por la fuerza de todas las concentraciones pro Mursi, una operación que provocó un baño de sangre, en particular en El Cairo. Más de un millar de personas murieron en una semana, en su mayoría manifestantes, y más de 2.000 miembros de los Hermanos Musulmanes han sido detenidos desde entonces, incluidos casi todos los dirigentes de la hermandad.  

El jueves, Mohamed Beltagi, exparlamentario y uno de sus últimos altos cargos aún libre, fue detenido junto a Jaled al Azhari, ministro de Trabajo en el gobierno de Mursi, según informó el ministerio del Interior.  

Beltagi era uno de los principales organizadores de las concentraciones de apoyo a Mursi en El Cairo y uno de los oradores más activos y más virulentos de los Hermanos Musulmanes. 

La dirección de la hermandad, que había ganado con diferencia las legislativas de 2012, fue decapitada tras el 14 de agosto con la detención de su Guía Supremo, Mohamed Badie, y de sus dos adjuntos. El juicio de estos tres hombres por incitación al asesinato se inició el 25 de agosto para ser inmediatamente aplazado al 29 de octubre.  

Los partidarios de Mursi llamaron sin embargo de nuevo a manifestarse «por millones» en contra del «golpe de Estado militar» tras el gran rezo del viernes.  

El gobierno interino por su parte reiteró su autorización a los soldados y policías a abrir fuego contra todo manifestante que ponga en peligro los bienes públicos o las fuerzas de seguridad.  

El ejército estaba menos presente en las calles de El Cairo este viernes, en comparación con la semana anterior, si bien los soldados habían bloqueado las principales vías y plazas de la capital, que cuenta con más de 20 millones de habitantes. El más poblado de los países árabes sigue bajo estado de emergencia desde el 14 de agosto.  

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