Partidos políticos

Partidos políticos

JESÚS MARÍA HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
A finales de la década de los 70 visité por primera vez Costa Rica y me sorprendió el grado de politización de ese pueblo, pues en gran parte de las viviendas flameaba una bandera que identificaba el partido de su preferencia, creo que esto ha venido disminuyendo con el tiempo en esa nación. En nuestro país la tendencia es lo contrario, aunque a la hora de las elecciones la votación refleja una considerable abstención con lo de elecciones separadas y cada dos años tenemos campaña política todos los días de nuestras vidas.

En los últimos tiempos y en los países que forman nuestra América Hispana hemos tenido graves problemas que muchas veces han dado al traste con nuestra democracia, entre los culpables favoritos de estas desgracias se señala a los partidos políticos y a las crisis de éstos en nuestra región. Los ejemplos sobran.

Sin poner en duda lo planteado en ese ultimo párrafo, debemos estar conscientes de que para vivir en esta democracia representativa que nos jactamos de tener, una necesidad “sine qua non” es la existencia de esos partidos políticos.

Al referirnos a éstos y su crisis actual debemos primero tratar de definir su campo de acción. El artículo 41 de nuestra Ley Electoral 275/97, reza: “Podrá ser reconocida como partido político toda agrupación de ciudadanos que se organice de conformidad con las disposiciones de la Constitución y las leyes, con el fin primordial de participar en la elección de ciudadanos aptos para los cargos públicos y de propender a la realización de programas trazados conforme a su ideología particular, con el objetivo de alcanzar los puestos electivos del Estado”.

Los partidos políticos se desenvuelven en un sistema de pluralismo, propio de la democracia, que es la base principal sobre la cual puede sostener y legitimar el principio limitado de la mayoría: Que quienes forman parte de ella deben respetar los derechos de la minoría.

El pluralismo implica la comprensión, el consenso, el disenso, el conflicto y la tolerancia, esta última ausente en nuestras relaciones partidarias.

Los partidos cumplen una misión de enlace privilegiado entre las personas, la sociedad y el estado. Así mismo un rol histórico de canalizar las demandas sociales promoviendo ideales de sociedad, constituyen el medio institucionalizado para alcanzar el poder y dar cuenta permanente de la gestión de las autoridades.

Al tener esa relación privilegiada con el estado ha traído consigo que en algunos países el rol de este ha ido disminuyendo y en esa misma proporción disminuye también el poder de los Partidos Políticos y la clase política en general.

Ante este panorama y teniendo en cuenta que la democracia se nutre, se alienta, se inspira en el funcionamiento de las colectividades políticas, reiterando que no hay democracia sin partidos políticos, no hay democracia sin pluralismo político, es que estamos compelidos a fortalecer la funcionalidad de éstos.

Algunos factores que pudieron contribuir a elaborar con niveles de representativilidad y funcionalidad de los partidos políticos serían los siguientes:

1- Abrir los partidos a los ciudadanos, privilegiando la integración cualitativa más que cuantitativa de militantes activos.

2- Formar equipos multidisciplinarios para realizar propuestas realistas y serias.

3- Cambiar radicalmente las estructuras que responden a la antigua sociedad, conducir los mismos de manera colegiada y abierta.

4- Incentivar las vinculaciones con los más diversos actores sociales, a objetos de articular adecuadamente las demandas sectoriales y generar relaciones de mutua confianza.

Tanta importancia se le da a ésto que la Carta Democrática Interamericana firmada en Lima-Perú, por los 34 países integrantes de la O.E.A, el 11 de septiembre del 2001, día del atentado a las Torres Gemelas, destaca, en su artículo V que “el fortalecimiento de los partidos y de otras organizaciones políticas es importante para la Democracia. Se deberá prestar atención especial a la problemática derivada a los altos costos de las campañas electorales y al establecimiento de un régimen equilibrado y transparente de sus actividades”.

En relación a nuestro ordenamiento jurídico, aunque nuestra Constitución en el párrafo 7 de su articulo 8, que trata de los Derechos Institucionales y Sociales reza “La libertad de asociación y de reunión sin armas, con fines políticos, económicos, sociales, culturales o de cualquier otra índole, siempre que por su naturaleza no sean contrarias ni atentatorias al orden público, la seguridad nacional y las buenas costumbres”, creemos que la proliferación de partidos políticos, situación ésta común en nuestra América Hispana y especialmente en nuestro país, actualmente hay 21 partidos políticos y un Movimiento Municipal reconocidos (cabe destacar que la J.C.E rechazó hace apenas unas semanas la solicitud de reconocimiento de 11 nuevos partidos políticos y 21 Movimientos Municipales) y ésto conspira contra el buen desenvolvimiento de la vida democrática, esperamos que en un futuro los legisladores sean más estrictos en reglamentar los requisitos necesarios para el reconocimiento y la actuación de nuevos partidos políticos que participen en nuestro quehacer nacional.

Entre otras acciones posibles se debe mejorar la supervisión de la calidad de sus miembros, el gasto de los recursos otorgados a ellos, crear mecanismos que eviten de manera eficaz el “transfugismo” para así mejorar su imagen ante una ciudadanía que así lo demanda.

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