Partidos y gobiernos deberían funcionar como maquinarias

Partidos y gobiernos deberían funcionar como maquinarias

Con los gobiernos y los partidos ocurre como con las maquinarias, si todas sus piezas  están en buen estado y se les da mantenimiento, funcionan adecuadamente, de lo contrario, su rendimiento no será  óptimo.

Así ocurre con todas las organizaciones, pero fundamentalmente las que tienen que ver con el destino de los países como  los gobiernos y los partidos, donde todo debería funcionar como un conjunto y bastaría con  que uno de los elementos que los integran, que uno o dos  dirigentes o funcionarios se aparten de las normas establecidas o que no encajen, para que el conjunto se vea afectado.

Para la mayoría de  la gente ambos son  conjuntos de funcionarios, dirigentes, ideas y acciones, no actividades individuales. Y en realidad ocurre así, pues  están  integrados por   diferentes personas con discursos que les gustan a unos más que a otros, con más o menos arraigo, pero unos y otros conforman el conjunto. Todos juntos son los que pueden echar a andar la organización política o el gobierno como una maquinaria en buena forma y con óptimo rendimiento.

Y aunque algunas acciones individualizadas puedan lucir simpáticas y vistas como  positivas, si no están funcionando debidamente o de acuerdo a lo que el conjunto  ha establecido como meta, si no se corrigen  determinadas actitudes o comportamientos de cualquiera de los componentes, que en este caso son los dirigentes y los funcionarios, la marcha y rendimiento del conjunto no será jamás el esperado.

Los vehículos, por ejemplo, pueden aparentar en condiciones aceptables, pero si alguna pieza por pequeña que sea no funciona bien,   hace mermar el rendimiento y la velocidad del conjunto.

Y  peor ocurre, cuando sin percatarse de que alguna pieza  no funciona bien, pretenden meterle más velocidad o poner la música alta para que nadie escuche el ruido que producen los fallos. De ahí vienen las extrañezas cuando se realizan sondeos de opinión. Por eso son importantes las encuestas para los gobiernos, los partidos y los políticos, porque los ayudan a conocer lo que piensa la gente. A detectar posibles fallos, así como a determinar cuales  herramientas  necesitan  ajustes o reemplazo, aunque esta última decisión  resulte demasiado desagradable para muchos de los propietarios, pero que en determinados momentos se hacen inevitables.

Con sus diferencias, los gobiernos y los partidos caminan hacia los mismos objetivos: mantenerse en el poder o llegar a él. Solo que quienes detectan y corrigen los fallos a tiempo, son capaces de entender lo que a la gente le gusta o rechaza, y pueden   superar cualquier crisis que empañe su imagen frente a la ciudadanía, tienen mayores oportunidades que quienes los ignoran.

Los dos grandes partidos, entiéndase PRD y PLD, tienen grandes posibilidades de lograr sus objetivos fundamentales en las elecciones del 16, el primero  de conquistar el poder y el segundo de mantenerlo, pero todo va a depender de su capacidad  entender las dificultades y enmendarlas, para lo que tienen tiempo, más o menos suficiente.  

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