Partidos y políticos camaleónicos

Partidos y políticos camaleónicos

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Una de las acepciones del reptil denominado “Camaleón” en el diccionario de la Real Academia Española es la siguiente: “2. fig. y fam. Persona que tiene habilidad para cambiar de actitud y conducta, adoptando en cada caso la más ventajosa”. Esta definición se aviene a la perfección a los partidos políticos dominicanos y los mal llamados “candidatos”, que predicando su amor y su espíritu de sacrificio por la amada Patria, sólo esperan que la Junta Central Electoral reparta el dinero destinado a cubrir los gastos de campaña, para inscribirse en el padrón y recibir la ración de la boa por el abnegado  esfuerzo que realizan por obtener una curul para el partido político que los inscribe.

En estas elecciones de medio tiempo (congresuales y municipales), se han visto y ejecutado acciones, que de estar vivos los líderes fundadores de esos partidos políticos (Balaguer, Bosch, Peña Gómez, Majluta), no se hubiesen llevado a cabo.  Las apetencias personales de los pseudos-dirigentes actuales, les ha llevado a inventarse todo tipo de componendas, la Alianza Rosada de una parte y de la otra la Coalición de Partidos, son ejemplos de lo antes señalado.  Dos líderes irreconciliables como los fueron el doctor Balaguer y el doctor Peña Gómez jamás pensaron en unir fuerzas para enfrentar a otro partido. Del mismo modo, no hubiese ocurrido tampoco el coqueteo inicial que hubo entre el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y los disidentes del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), agrupados en el Consejo Presidencial, el cual encabeza el canciller, ingeniero Carlos Morales Troncoso.

La apetencia de recursos y de proliferación de líderes es tal, que el mismo PRSC se está escindiendo en Partido Reformista Popular, cuyo líder visible lo es el secretario de Estado de Agricultura en licencia, ingeniero Amílcar Romero, y un movimiento de origen grupal presidido por el administrador de Correos, Modesto Guzmán.

El partido mayoritario, el Revolucionario Dominicano (PRD), también ha confrontado serios problemas, ya que muchos de los que se creían  candidatos vitalicios, han sido “sacrificados” en virtud de la Alianza Rosada con el PRSC.  Aspirantes que se creían inamovibles por su larga trayectoria de militancia, tanto en el PRD como en el PRSC, han sido sustituidos en virtud del pacto entre estos partidos. Como la disciplina partidaria no existe, porque no hay un liderato sólido que dirija los diferentes partidos, la mayoría de los sustituidos buscaron refugio en otros partidos que los llevaron como candidatos para los comicios de mayo.  Es motivo de preocupación y hasta de risa, ver los rostros sonrientes y sin el menor rubor de estos candidatos en su nuevo partido cuando aún perduran sus mismos rostros alegres en el partido que abandonaron “para sacrificarse por la Patria”.

Al parecer, los partidos políticos no han asimilado las experiencias pasadas de candidatos que obraron del mismo modo. El político sin principio, artero, trepador y traicionero, hará lo mismo con el partido que lo lleva si se le presentase una oportunidad en la cual saque más ventaja que la que obtiene en la parcela política que ha adoptado por circunstancias de la recomposición momentánea del bando al cual han pertenecido.

El votante debe tener ojo avizor y repudiar este tipo de farsante que elección tras elección se escuda en la ignorancia del sufragante. Candidatos que debieran estar “quemados” por su inconsistencia en sus promesas, se reciclan con un nuevo discurso que sólo tiene aceptación en los electores más ignorantes, pero cuyo voto tiene el mismo valor que si lo depositara un intelectual. Pescando en aguas revueltas y sacando partido de la idiosincrasia del dominicano que de buena fe, una y otra vez es defraudado, logran colarse y una vez electo vuelven a las andadas, el “macuteo”, única “materia” en la cual han obtenido un diploma sin haber pisado un aula universitaria.

Creemos llegado el momento de que surjan nuevos líderes que al menos no prometan cosas que luego no pueden cumplir. Para eso, hay que demandar que los principales directivos de los partidos que tercian en las elecciones se aboquen a seleccionar únicamente aquellos candidatos que tengan un grado de preparación satisfactorio, conducta recta y que no hayan sido de los “cuales mariposas” se posan en la flor que más néctar le ofrece. Enseñar los ciudadanos a votar por los candidatos más responsables y menos demagogos debería ser una prioridad en agrupaciones y movimientos como Participación Ciudadana o la Sociedad Civil.  Si no se orienta a la gran masa de analfabetos reales y funcionales que tenemos, seguiremos siendo las víctimas de los politicastros oportunistas, que sin ser sicólogos ni sociólogos, han descubierto la manera de atraer el voto inconsciente a su favor. De su parte, los partidos políticos que se respetan, deberán de poner de su parte para que la gran cantidad de parias y tránsfugas no sean recogidos con “honores como trofeos” en organizaciones que debieran tener más respeto por los votantes.

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