El economista y coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Miguel Ceara Hatton, afirmó ayer que, según el informe del Banco Mundial, el efecto del Tratado de Libre Comercio (TLC) dependerá de la reactivación de las exportaciones en República Dominicana, las cuales en los últimos 20 años se han mantenido fijas, entre 900 y 1000 millones.

Precisó que “la apertura comercial no es un fin en sí mismo, sino que necesariamente debe ir de la mano del desarrollo de sus instituciones y de sus sistemas productivos”.

Sostuvo que si el gobierno quiere generar desarrollo tiene que establecer un régimen bien claro de sanciones y crear un sistema de consecuencias.

“En un escenario institucional donde no hay sanciones aplicables a las instituciones del Estado, qué tipo de inversión podría venir”, se preguntó.

Ceara Hatton se expresó en esos términos durante su participación en el programa de la Fundación Institucionalidad y Justicia, que conduce semanalmente su vicepresidente ejecutivo, Servio Tulio Castaños.

“Cuando se pensó en el TLC, se pensó más en términos de acceso y menos en temas de competitividad”, argumentó.

Se preguntó qué ha cambiado para que las exportaciones aumenten de un año a otro cuando entre el TLC, “porque todavía contamos con las mismas condiciones estructurales del aparato productivo de la República Dominicana”.

“El efecto positivo del TLC sólo será visto en el mediano y largo plazo”, dijo.

Sobre la educación en República Dominicana, explicó que en los modelos de crecimiento, no son demandantes de una mano de obra calificada y que “la calidad de la fuerza de trabajo como factor que explica el crecimiento de la economía es casi insignificante, sobre todo en los sectores más dinámicos de la economía que son el turismo y las zonas francas”.