-El Presente-
En 2004, cuando Leonel Fernández llegó al poder nuevamente, manifestó un estilo populista y “desarrollista”, despreciando el respeto a la Constitución y las leyes establecidas, al 2019, se han producido muchos eventos que cambiaron el panorama político y el destino de las primarias.
Leonel hizo aprobar una nueva Constitución en el 2010 que la cambió casi totalmente, sin una Asamblea Constituyente, en lo que creyó necesario para sus intereses y anunció otro período; por lo que Danilo Medina exclamó: “Me venció el Estado”.
El PLD, que había ya “fagocitado” entre 1996 y 2000 parte de los cuadros del PRSC, a pesar de haberlo ayudado a llegar al poder en 1996, en el 2012 se asoció al traidor Miguel Vargas para restarle votos a Hipólito Mejía y en el 2015 orquestó 17 sentencias de “su” Tribunal Superior Electoral. Pero en el 2015 Danilo le organizó una “encerrona” a Leonel en Juandolio y éste admitió la reelección del Presidente mediante un cambio en la Constitución que lo inhabilitara por siempre a la repostulación presidencial.
Sin embargo, previendo las dificultades que tendría para su reelección en el 2020, Danilo dio luz verde a una Ley de Partidos Políticos (Ley 33-18) que yacía en las Cámaras legislativas desde el 2004, y la aprobación de una Ley de Régimen Electoral (19-15), que aunque con grandes limitaciones, sentaron las bases de un sistema electoral institucionalizado, que sustituyera a la ya obsoleta Ley 275-97,pues se redujo de tres uno los niveles de decisión, y cinco de siete los miembros de JCE.
Con la Constitución del 2010 quedó establecido que “los Partidos y Movimientos Políticos su formación y funcionamiento, deben sustentarse en el respeto a la democracia interna y a la transparencia, “así como contribuir en igualdad de condiciones a la formación y manifestación de la voluntad ciudadana, respetando el pluralismo político mediante la propuesta de candidaturas a los cargos de elección popular”.
Sin embargo, la tan esperada Ley posibilitó, no solo de primarias con padrón cerrado, sino las abiertas, e incluso por convenciones de partidos considerados grandes, y hasta con simples encuestas; cuyos resultados son los quieren sus auspiciadores.
En esas condiciones, Danilo, y su sector mayoritario optaron por escoger el padrón abierto en desafío a la Constitución; y el PRM por el cerrado.
Hay que reconocer los ingentes esfuerzos que hizo la JCE para lograr en ese contexto unas primarias tan complejas como las del pasado 6 de octubre, pero tres partidos: el PRSC, el PRD de Maldonado y Alianza País se retiraron después, dado el carácter democrático y costoso del evento, en los que pudieran poner en evidencia su escasa militancia.
Pero aparte de las serias dudas que ha despertado la falta de auditoría disponible del Código-Fuente que transmite electrónicamente los resultados en los seis meses transcurridos desde su aprobación inicial, el proceso de primarias fue invadido de la presencia asfixiante y multimillonaria de la propaganda oficialista directa e indirecta aun el día de las elecciones, junto a los centros de votación. Estuvieron omnipresentes la compra y venta de votos y cédulas hasta en vehículos estacionados en presencia de la llamada policía electoral que abundó por doquier los que hicieron del sufragio ciudadano un espectáculo lamentable…