Hoy 
POR SORANGE BATISTA
Como cada año, las paradas de autobuses con destino al interior del país ayer estaban repletas de pasajeros que, bultos en mano, se disponían a pasarla bien, en familia y rodeados del calor especial que les provee su pueblo natal.
Hacia todos los puntos la realidad era la misma. Las rutas hacia el Norte, Sur y Este fueron abarrotadas por viajeros que, desde las 5:00 de la mañana llegaron a asegurar sus puestos, a pesar de los aumentos de hasta RD$30 registrados en relación al año pasado.
El flujo de pasajeros trajo consigo el movimiento de los establecimientos de comestibles ubicados en los alrededores, aunque sus propietarios aseguran que la cosa no está buena y que el año pasado fue mejor.
HACIA EL NORTE
¡Nagua!, ¡Moca!, San Francisco!, se escuchaba en la parada del 9 a la que las personas con destino al Cibao, llegaron acompañados hasta de familias completas.
Llevaban carnes sazonadas, frutas de temporada, canastas navideñas y regalos para agradar a quienes visitan durante las festividades.
Vamos a Nagua, donde la familia de mi esposo a pasar las navidades, dijo Yohanna López mientras se disponía a abordar presurosa el autobús.
No menor era el cúmulo de personas que abarrotó Caribe Tours, donde, por motivo a la demanda, tenían unidades adicionales prestando servicio en el horario establecido por los pasajeros, según afirmó su gerente César Sánchez.
AL ESTE
En las proximidades del parque Enriquillo convergen varias rutas con destino a los diferentes pueblos ubicados por donde sale el sol.
Algunos choferes decían que había menos pasajeros, mientras que otros aseguraban que la realidad era la misma del pasado año.
El costo de los pasajes, dependiendo del destino, oscila entre RD$75 y RD$170.
PARA EL SUR
Los pasajeros con destino a las diferentes localidades sureñas se abrían paso entre la basura acumulada en las aceras para abordar con rapidez las guaguas.
En esas rutas los pasajes registraron alzas de RD$10 y RD$20, según el destino.
En los rostros de los diferentes viajeros fue notorio el aparte hecho entre los problemas cotidianos, las tragedias y el receso de Navidad.
Quienes no podrán olvidar esta noche su realidad son los que aún permanecen refugiados porque los desastres naturales les arrancaron todo, precisamente a fin de año.
