Amsterdam, (EFE).- Los pasajeros del avión turco accidentado ayer en Amsterdam pertenecen a nueve países, y hasta el momento no se tiene constancia de que ninguno de ellos fuera español, aunque todavía queda por determinar el origen de quince personas, informaron hoy las autoridades.

El alcalde de la localidad de Haarlemmermeer, Theo Weterings, precisó que en el aparato había 53 holandeses, 51 turcos, un alemán, siete estadounidenses, tres británicos, un finlandés, un tailandés, un italiano y un búlgaro.

Sobre la nacionalidad de los nueve fallecidos solamente se ha informado hasta el momento de la de los tres miembros de la tripulación, que eran turcos, recordó Weterings.

Las autoridades holandesas no han querido facilitar todavía datos sobre la identidad de las demás víctimas porque quieren «estar seguros de que se informa primero a los familiares», indicó el alcalde.

A causa del accidente, 121 personas fueron tratadas con heridas de diferente consideración en trece hospitales holandeses, según los últimos datos facilitados.

De entre ellas, 63 personas siguen ingresadas, seis de ellas en estado crítico, especificaron las fuentes.

Los equipos de investigación todavía no han podido hablar con cuatro de los heridos graves, especificó el alcalde de Haarlemmermeer, que es la localidad a la que pertenece el aeropuerto de Amsterdam.

Las causas del siniestro siguen todavía sin esclarecer y las dos cajas negras del avión han sido enviadas a un laboratorio en Francia para ser analizadas.

Los pilotos del Boeing 737 de Turkish Airlines no se percataron de ningún problema en el avión hasta al menos 5 kilómetros de distancia de la pista de aterrizaje, según las últimas conversaciones que mantuvieron con la torre de control y que hoy difundió la televisión holandesa NOS.

En esas grabaciones se escucha a los pilotos decir: «aproximación de Turkish 1951, giro a la izquierda (…) aproximación a 18R», lo cual ocurre a unos 15 kilómetros de la pista.

Lo último que se escucha decir al piloto en comunicación con la torre de control es «1951 ahora, muchas gracias», a unos cinco kilómetros de la pista del aterrizaje.

Según declaró un piloto a la NOS, esta última comunicación es «corta y dicha con prisa», pero salvo eso, no muestra ningún indicio de problemas. EFE