GUADALAJARA, MÉXICO (AFP).- Chaquetas, trajes, blazers y otras prendas capaces de resistir impactos de bala y hasta esquirlas de granada, hechas por un modisto colombiano, despertaron el interés de clientes mexicanos en una feria en Guadalajara (oeste). El colombiano Miguel Caballero, que tiene entre sus clientes desde periodistas hasta candidatos presidenciales, no para de atender a mexicanos preocupados por su seguridad desde que mostró su pasarela el jueves.

“El desfile ha marcado un hecho histórico, me gusta romper paradigmas”, dijo Caballero durante la feria Intermoda que se celebró en Guadalajara, y en el que fueron mostradas sus prendas por primera vez.

Los asistentes pudieron apreciar las diferentes líneas que tiene el diseñador, divididas en Clásico, Gold y VIP, de acuerdo con las posibilidades económicas del cliente.

Los diseños VIP, por ejemplo, “son de moda vanguardista” y tienen un peso promedio de sólo 1,2 kilogramos, destacó el colombiano, que ha vestido a reyes, un ministro de Guatemala, presidentes de su país y de Venezuela, embajadores, e incluso a reporteros de Venevisión.

Desde que creó su empresa hace 14 años, la demanda, lejos de disminuir, crece vertiginosamente: entre enero del 2004 a enero del presente año registró un crecimiento de 600% en sus ventas.

Sus clientes con alto poder adquisitivo también se multiplican.

“Hay un candidato a la presidencia de ustedes que es mi cliente, pero ustedes comprenderán que no se puede revelar, y hay otros políticos y diputados que ya visten mis prendas”, dijo orgulloso Caballero, que exporta sus prendas a 14 países.

En la pasarela de Guadalajara, Caballero mostró medio centenar de una de sus colecciones integrada por 130 piezas, cuyos precios van desde los 290 dólares hasta los 2.900 dólares.

El éxito de su empresa radica en que, a diferencia de su escasa competencia, sus prendas son “discretas, seguras y cómodas” y se adaptan “al estilo y modo de vestir de los dignatarios y políticos”.

Miguel Caballero instaló una sucursal en la Ciudad de México a mediados del año pasado, casi 13 años después de que la creó en Colombia.

México, consideró, sufre un alto nivel de delincuencia, pero también un “muy alto nivel de personajes millonarios y esto lo hace tener demanda” de la ropa blindada.

“Nos habíamos demorado en llegar, hay mucha receptividad, una solicitud excelente y un excelente comportamiento del mercado”, añadió.

La idea de sacarle jugo a la delincuencia le vino a Caballero en su época de estudiante, al ver todos los días llegar a una de su compañera vestida con incómoda ropa de seguridad.

“Tenía escolta y viajaba con chalecos incomodísimos y que no prometían discreción, cuando llegaba a la universidad los guardaban en el baúl del carro. Diez dólares que me prestó mi madre sirvieron para que cosiera mi primera chamarra blindada”, relató.Catorce años después, su empresa da trabajo directo a 90 personas, la mayoría sastres y costureras que hacen todas las prendas a mano de y de manera estrictamente personalizada.