Pase que pase

Pase que pase

Alguna vez leí esta frase muy aleccionadora que todos debemos tomar en cuenta: pase lo que pase, mañana saldrá el sol. El escaso don de la observación ha producido descubrimientos e inventos tales como cuando Isaac Newton vio caer una manzana y pensó en la teoría de la gravedad.
O el caso del eminente médico doctor Mayo, de la clínica que lleva su nombre quien, consultado por un célebre expedicionario del África, sin más el célebre médico le diagnosticó lepra, observó que el paciente no se sentía que la colilla del cigarrillo le quemaba los dedos, cuya piel había perdido la sensibilidad a resultas de la enfermedad.
En una conferencia titulada “El mundo según la ciencia: Einstein, Darwin y Wegner”, que dio José Adolfo Azcárraga, catedrático de Física teórica de la Universidad de Valencia, definió a los genios como “una mezcla de inteligencia prodigiosa, muy preocupada por los fenómenos que acontecen a su alrededor”; y quiso resaltar la importancia que tiene el “factor suerte” para que sus teorías saliesen adelante, en el sentido de “haber nacido en el lugar y el momento adecuados”.
Todo lo dicho nos lleva a la conclusión, que como dice la frase, pase lo que pase, mañana saldrá el sol, si llueve, algún día se detendrá la lluvia y entonces, saldrá el sol puesto que la naturaleza tiene un patrón que, alterado a veces por su propio quehacer, siempre, indefectiblemente se pondrá en vigencia conforme a ciclos que soslayamos respetar y desconocer y cuyas variaciones vemos una y otra vez aunque, pese a las experiencia acumuladas, no aprendemos.
Resulta tan interesante la observación de la naturaleza que es sabido que un burro no tropieza dos veces con la misma piedra, aunque vuelva a recorrer el camino una y otra vez. Sin embargo, aquí no queremos aprender y por ello a cada temporada de lluvias le sucederá un creciente número de damnificados fruto de la irresponsabilidad de la autoridad y de la desesperación de los que no tienen nada que perder y arriesgan sus vidas construyendo viviendas en lugares de alto riesgo.
Para sólo citar un ejemplo ¿quién desconoce que para las próximas lluvias copiosas se inundarán Jaquimeyes y Palo Alto, en Barahona? ¿Y qué se hace, qué se ha hecho para contener, embalsar y desviar las rugientes aguas del Yaque del Sur en su desembocadura?
¿Por qué se permite la construcción de viviendas dentro del cauce seco de ríos que fueron y en las laderas de los mismo?
Ojalá que las autoridades de algún gobierno se ocupen de prever, de adelantarse a los daños que les ocurrirán a los damnificados de mañana, si continuamos con esta política del avestruz.
No lo olvidemos: pase lo que pase, mañana saldrá el sol.

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