Pasión por el fútbol 5, nuevo negocio de exjugadores profesionales colombianos

Pasión por el fútbol 5, nuevo negocio de exjugadores profesionales colombianos

Una verdadera pasión por el fútbol 5 ha explotado en las principales ciudades de Colombia, donde exfutbolistas profesionales ya no ven su futuro sólo como entrenadores, sino también como empresarios de esta naciente industria. Fuente externa.

BOGOTÁ. AFP. Una verdadera pasión por el fútbol 5 ha explotado en las principales ciudades de Colombia, donde exfutbolistas profesionales ya no ven su futuro sólo como entrenadores, sino también como empresarios de esta naciente industria. Para practicarlo se necesita únicamente una pelota muy rápida, un par de zapatos deportivos y muchas ganas de sudar para decidirse a alquilar una de las cientos de canchas que existen en Bogotá y otras ciudades del país, hechas de pasto sintético.

«Es un excelente negocio porque hay gran demanda, pero además aporta salud y diversión en una ciudad donde no hay el número de espacios deportivos suficientes para todos los amantes del fútbol», dijo a la AFP Lucas Jaramillo, exjugador profesional del Independiente Santa Fe. A estas canchas acuden todo tipo de personas dependiendo de las horas, desde un ejecutivo hasta el más humilde trabajador, quienes se encuentran y comparten sin distinción el placer de patear un balón y hacer deporte por una hora.

«Mis clientes son gomosos (adictos) del fútbol», aseguró Jaramillo, socio de la más grande empresa de canchas de este tipo en Bogotá (Fútbol 5 Colombia), antes de agregar que esta disciplina es el símbolo de la «verdadera democracia, porque no importa el estrato social, todos somos iguales dentro del campo de juego».

«Nosotros empezamos en el 2004 con este negocio, fuimos pioneros en Bogotá y hemos tenido un gran crecimiento gracias a una alianza que hicimos con una cadena de almacenes, que nos prestaron espacios para montar nuevas canchas», afirmó. Para Roberto Vidales, exfutbolista profesional y actual entrenador de divisiones menores, esta nueva moda es muy importante para la ciudad porque genera esparcimiento y, a la vez, mejora la condición física de los practicantes.

«Yo que jugué en cancha grande digo que el fútbol 5 es más exigente, porque se corre al cien por ciento durante una hora, en un espacio más pequeño y donde la bola prácticamente no para nunca», dijo Vidales.

3,5 dólares por cabeza. De su lado, Fredy González, un fornido estudiante de maestría en Física que juega una vez por semana con un grupo de amigos en una cancha en la zona de Suba (noroeste de Bogotá), sostiene que durante esa hora se olvida de todo. «Es un momento sólo para mí mismo, lejos de los problemas», confesó.

En medio de un sudor incontenible, Antonio Godoy, ingeniero de sistemas, aseguró que desde que aparecieron estas canchas en Bogotá jugar es más fácil, porque se junta con un grupo de amigos, pagan el equivalente a unos 35 dólares la hora entre todos y disfrutan de comodidades que en las canchas callejeras no hay.

«Aquí hay armarios donde podemos dejar las cosas sin miedo a que nos roben o se pierdan, el campo está bien cuidado, si necesitamos nos prestan petos de entrenamiento para no confundirnos de equipo y hasta nos alquilan un balón si no traemos», explicó. Jaramillo, por su parte, mostró su satisfacción por haber seguido ligado al fútbol a través de este negocio, con el que ya suma más de 40 canchas en la ciudad de Bogotá, después de su retirada.

«No creo que hubiera sido buen entrenador porque, aunque soy líder y buen motivador, no creo que tenga los conceptos tácticos para ser un buen técnico», aseguró.

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