¿Pasión por las ganancias?

¿Pasión por las ganancias?

Me quejo con frecuencia de la desenfrenada pasión de cierto sector por despojar a los incautos de sus magros ingresos. Percibo que desde algunos litorales se piensa que todos los consumidores somos beneficiarios de “barrilitos” o de incontroladas nominillas estatales.

De otro modo no se explica que a cada rato tengamos que pagar mayores precios por los bienes y servicios que recibimos.

Existe una especie de componenda no declarada para que el dinero le rinda menos a las familias dominicanas, así sea de bajos, medianos o altos ingresos.

Hubo épocas en que, para el colmadero barrial, el comprador era la persona más importante de su negocio. Prevalecía una casi hermandad entre ambos. Pero, repito, eran otros tiempos.

No recuerdo que a cliente alguno se le tratara con insólito desdén.

Una libra de un producto ofertado era una libra, no 14.8 ni 15.2 onzas.

El país estaba saturado de excelentes alimentos importados, pues eran períodos de escasez o la producción nacional era insuficiente para cubrir el mercado.

El lector habrá de excusarme la referencia, pero mis abuelas (materna y paterna, desde luego) dedicaron sus mejores años al comercio. De ellas pude heredar, talvez, la compasión por los que menos tienen.

Por tal razón no comprendo la tendencia de algunas personas, minorías por suerte, de sobre-explotar a los demás. ¿Es acaso que tienen pasión por las ganancias excesivas?

Lo peor de todo es que en la nación no existe regulación ni supervisión alguna que evite que los precios se disparen como lobo hambriento en campo libre.

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