Coleccionar joyas es una pasión tanto para Stephen Kaplan, rector de la Escuela de Altos de Chavón, como para su esposa Érika.
Su primera pieza, un sencillo anillo de plata, la compró a los 20 años en México; hoy, 50 años más tarde cuenta con una colección de más de 2000 piezas de joyería adquiridas en diferentes países, de las cuales decidió poner 200 a la venta en la boutique de la diseñadora Jenny Polanco, instalada en Casa Virginia.
Como buenos trotamundos, a lo largo de sus vidas Stephen y Érika han coleccionado tesoros en plata y piedras preciosas de diferentes culturas.
El arte de la joyería data desde la existencia misma del hombre, comenta, pues desde sus comienzos la elaboración de joyas constituyó un eslabón importante en la historia.
Precisamente esa parte histórica es lo que ha atraído al matrimonio Kaplan.
Las piezas. Ver su colección es hacer un viaje por el mundo, pues está compuesta por broches de Marruecos, pulseras de la India, carteras de plata de Francia, jade de China, pendientes del Tíbet y de México… en fin ofrece un paseo por las culturas más impresionantes en accesorios y detalles de lujo. Mis prendas son para personas que tienen fantasías y saben apreciar, dice Kaplan.
Todas estas piezas están a la venta.
La frase
Stephen Kaplan
Siempre estoy buscando piezas únicas, que tengan cierto valor histórico; prefiero los detalles hechos a mano y antiguos. Me estoy desprendiendo de algunas para que más personas puedan apreciarlas, conocer su valor y utilizarlas.