La virulenta interrupción de los comicios municipales por la vía de boicotear el voto automatizado en los 18 municipios que concentran el 62% de los electores, donde la oposición tenía asegurado un triunfo para influir en los demás municipios, entre los cuales buena parte son comunidades rurales o fronterizas en las que el gobierno tiene mayor influencia económica y política. Estos a su vez influenciarían los resultados de las elecciones del 17 de mayo próximo, me obligan a sacar algunas conclusiones sobre la situación política actual y las eventuales nuevas “travesuras” del PLD y su gobierno para el futuro y la paz social de la nación.
Hace 62 años, lo mejor de la juventud dominicana de la ciudad y el campo, aplastada por más de tres decenios de opresión trujillista, se levantó contra la tiranía trujillista y pudo superar una y otra vez las fuerzas retrógradas hasta alcanzar un nivel aceptable de estabilidad política. De esa juventud quedan pocos sobrevivientes. A muchos se los llevó la muerte violenta o natural. Otros se desviaron o transaron con los poderes tradicionales, y a unos pocos les queda algo de energía para seguir luchando por las mejores causas.
La campaña electoral municipal se desenvolvió con relativa normalidad, no obstante las “indelicadezas” y abusos de poder de diverso género. Según las perspectivas de las encuestas criollas, además de la pérdida sustancial en alcaldías y direcciones de distritos municipales, cabía esperar una caída drástica de puestos municipales en el PRD y la Fuerza del Pueblo (FP); el primero por la falta de apoyo del PLD y su desprestigio creciente, y la FP por carecer de una estructura partidaria en muchas demarcaciones.
Ahora, tras lo que hicieron el PLD y sus seguidores, lo que se percibe para el primero es su casi total desaparición y otra caída profunda del PLD ante el patente atropello a las instituciones democráticas del país el pasado 16 de febrero.
Tal como ha sido ya claramente demostrado, la participación de agentes al servicio del gobierno fueron los responsables de ese atentado a las elecciones municipales pues los intentos casi ridículos de transferir a la oposición esas culpas han fracasado.
Ahora, los sectores populares y de la clase media han hecho suyas las manifestaciones contra el gobierno corrupto y manipulador que padecemos, entre los cuales se destacan las mujeres y los jóvenes. No hay que olvidar que los que hicieron la independencia y la Restauración fueron básicamente jóvenes
A los jóvenes les corresponde empuñar los escudos de la dignidad y encabezar la lucha por la democracia, la justicia y la organización del país para el progreso inclusivo de nuestro infortunado pueblo. Los ya entrados en años lo que deben hacer es asesorar y ayudar en lo que puedan a las nuevas generaciones, para que éstas puedan aprovechar su experiencia para cambiar radicalmente la situación política, económica y social dominicana.
Lo cierto es que el pueblo, cansado de tanta manipulación y tantas promesas incumplidas, hará todo lo que esté a su alcance para recuperar el control de su destino y las elecciones del próximo 15 de marzo será su primera prueba de fuego.