“Paso de buque con plutonio”

<p>“Paso de buque con plutonio”</p>

PEDRO PADILLA TONOS
De nuevo se presenta el peligro de material nuclear cerca de las costas dominicanas, ya que según noticias de prensa, elbarco» Pacific Sandpiper,» con una carga de 9,500 kilos de plutonio podría pasar próximamente por el Canal de la Mona, entre nuestro país y Puerto Rico, procedente de Francia con destino a Japón.

El pueblo y el gobierno dominicanos deben estar preocupados por esta nueva aventura de los llamados buques de la «Apocalipsis», ya que el transporte de material radioactivo por el Mar Caribe es una gran amenaza a la seguridad, al turismo, a la vida marina y humana y al entorno ambiental de toda la región. Para los países lejanos el Mar Caribe es simplemente la vía marítima por donde sus grandes barcos transportan mercaderías de un océano a otro, pero para nosotros el mare nostrum es parte integral de nuestro espacio geopolítico y está identificado plena y totalmente con nuestra supervivencia.

En ocasiones anteriores nos hemos referido públicamente a este tema y lo hemos abordado con espíritu crítico cada vez que se ha debatido en el seno de las organizaciones internacionales, en particular en las Naciones Unidas, donde nos ha correspondido representar a la República Dominicana.

Por tal razón, en su oportunidad, fuimos solidarios con el planteamiento hecho por el Presidente Hipólito Mejía, tanto en la Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla Margarita, Venezuela, en diciembre del 2001, como en la Primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Países de Centro América y el Caribe, celebrada en Belice a principios del 2002, en las cuales propuso la convocatoria de una Conferencia Internacional para considerar y buscar soluciones a la amenaza que representa para toda la región del Caribe el transporte de desechos nucleares y sustancias tóxicas y ofreció la ciudad de Santo Domingo como sede de la misma.

En ese mismo tenor, el Presidente dominicano instruyó a la Marina de Guerra a que no permitiera el paso por aguas territoriales dominicanas, de un buque cargado con material radioactivo que se esperaba cruzaría por nuestras aguas en mayo del 2002.

Las normas vigentes del Derecho Internacional y en especial la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar del 1982, reconocen la soberanía de los Estados ribereños sobre su mar territorial y su jurisdicción en materia de protección y preservación del medio ambiente marino en sus respectivas zonas económicas exclusivas.

El cumplimiento de dicha responsabilidad debe contar con la cooperación de otros Estados en el sentido de que se observe el control estricto sobre las naves de su bandera que transiten por aguas jurisdiccionales adyacentes de otros Estados, con miras a evitar los riesgos de contaminación.

La comunidad internacional debe aplicar los mecanismos que sobre medidas de seguridad al transporte de material radioactivo y desechos peligrosos establecen el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización Marítima Internacional, pero se deben adoptar nuevas normas que las completen, especialmente en los aspectos relativos a garantías sobre la no contaminación del medio marino, el intercambio de información sobre las rutas elegidas, la comunicación de los planes de contingencia para los casos de siniestro, el compromiso de recuperar materiales en caso de vertimiento o pérdida de los mismos por hundimiento u otra causa, la descontaminación de las zonas afectadas y el establecimiento de mecanismos y normas efectivas de responsabilidad en caso de daño.

Los países dedicados a este peligroso transporte, pocos pero poderosos, alegan que no existe ningún peligro ya que adoptan todas las medidas de seguridad. Pero, un simple accidente, o hasta un acto terrorista, tan en moda en la actualidad, pueden poner en serio peligro la vida marina y humana de la región y dejar una zona ecológicamente muerta por cientos de años. Efectivamente, las medidas de seguridad no son suficiente garantías.

Cuantas veces no hemos visto mares teñidos de negro por derramamiento de petróleo? Lo mismo puede suceder con las naves que transportan material radioactivo y desechos nucleares.

Corresponde en el presente caso al Gobierno dominicano, de ser cierto el previsto paso del buque Pacific Sandpiper por nuestras costas,estar debidamente informado y preparado para tomar las medidas adecuadas, diplomáticas y de otra naturaleza, para preservar y defender los intereses nacionales vitales, poniendo al mismo tiempo de manifiesto su solidaridad internacional con todos los países de nuestra región. No olvidemos que la zona del Mar Caribe abarca un gran número de Estados, países y territorios, que son ecológicamente frágiles, estructuralmente débiles y económicamente vulnerables y que la mayoría de sus economías dependen en gran medida de sus zonas costeras y del medio marino en general. Pero sobretodo no olvidemos que la República Dominicana está enclavada en el mismo centro del archipiélago antillano.

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