CIUDAD DEL VATICANO (AP).- El funeral del papa Juan Pablo II comenzará este viernes con una ceremonia íntima a la que asistirán solamente los prelados de alto rango del Vaticano y la curia romana, que colocarán dentro de su ataúd una faltriquera de plata, varias medallas de bronce y unos pergaminos enrollados con anécdotas de su vida.
Afuera, cuando comiencen los ritos funerarios a las 10 de la mañana (0800 GMT) estará la testas coronadas y jefes de estado de más de 155 países, junto con sus comitivas oficiales.
El veterano secretario de Juan Pablo, su compatriota y arzobispo Stanislaw Dziwisz, y el maestro de las ceremonias litúrgicas, el arzobispo italiano Piero Marini, colocarán un pañuelo de seda blanco sobre el rostro del Papa y a continuación será cerrado el ataúd.
La misa del funeral es concelebrada por el cardenal Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio junto con otros cardenales y los patriarcas del rito oriental.
A continuación los prelados abandonan el altar en procesión, mientras unos palafreneros transportar el ataúd desde la basílica a las catacumbas del Vaticano, un conjunto de galerías donde descansan los restos de muchos Papas, santos e incluso algún que otro emperador romano.
Una vez en las catacumbas, el féretro es sellado con bandas rojas, el color de luto del pontificado, y en ellas son estampados el sello papal y el del Vaticano. El ataúd es colocado entonces en un segundo de zinc, y estos dos en otro de nogal. Este último de madera noble lleva el nombre del Papa, su cruz y su escudo de armas papal.
El servicio del entierro no será accesible al público, aunque será presenciado por las principales jerarquías del Vaticano. El camarlengo o chambelán, el cardenal Eduardo Martínez Somalo, realiza el rito religioso y lo concluye con las palabras: «Señor, dale el descanso eterno y que la luz perpetua lo ilumine»».
A continuación, los asistentes entonan una salva y con ello queda concluido el entierro de los restos mortales de Juan Pablo II.