El pastor Pablo Ureña, director de la Fundación Niños con una Esperanza, advirtió al Gobierno sobre la necesidad de construir un hospicio para envejecientes que deambulan por las calles en esta ciudad y pueblos aledaños.
Explicó que en una de las calles encontró un anciano tirado en la acera y que al preguntar a vecinos, manifestaron que el hombre llevaba días tirado al sol y sereno.
“Yo cogí al anciano y me lo llevé para la fundación, allí lo bañamos, le pusimos ropa y le dimos de comer. El hombre no tenía fuerzas para nada y no camina. Nosotros trabajamos con niños, pero da vergüenza encontrarse con un cuadro de esa magnitud y nadie hace nada”, dijo.
Luego de varios días sin saber la identidad del hombre, Ureña decide trasladarlo al hospital Regional Cabral y Báez, donde le informan que no pueden acoger al anciano. De igual manera se encontró con que otro anciano que fue abandonado por sus familiares y de cierta manera por el centro de salud, ya que tenía durmiendo en una destartalada silla de rueda 7 días, sin que nadie hiciera nada.
“Este anciano llamado Rafael, con 79 años y dejado por familiares que desconocemos, en el Cabral y Báez, nos lo llevamos para las instalaciones del Programa Niños con una Esperanza en la Mosca Cienfuegos”.
Dijo que no pueden atender ancianos porque no tienen la estructura aunque, hace años iniciaron la construcción de un espacio para ayudar ancianos y otras personas en estado de abandono, sin embargo no han podido terminarla por falta de recursos, “pero aquí ahora tenemos dos visitantes sin la ayuda de nadie”.