Debido al impacto de la globalización, los medios de comunicación y el internet, de manera muy especial, han provocado que el mundo sea como una gran aldea, es por ello que la Navidad se ha convertido en una celebración de impacto casi a nivel mundial, incluso en países de Asia oriental, que no acostumbraban a celebrar este acontecimiento, como es el caso de China que se reservaba esta conmemoración más bien para fin de año.

La percepción es del Pastor Mario Rondón, director de Evangelismo y secretario Ministerial para la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la República Dominicana, quien afirma que desde la segunda mitad del siglo pasado hasta nuestros días esta celebración ha tenido una connotación en el aspecto social, así como hay personas que acuden a los templos para conmemorar el nacimiento del Niño Jesús, también están los que se hacen acompañar de otras festividades que tiene que ver con la sociedad en la que vivimos hoy. “La Navidad está íntimamente unida en lo que es la familia, y, sobre todo, con el recuerdo permanente de que nuestro Salvador que nació en este mundo, murió por nosotros y un día regresará”.

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Cada templo de su congregación celebra la Navidad con diversos conciertos donde se entonan canticos durante todo el mes de diciembre.

De igual manera tienen actividades que inician desde las últimas semanas del mes de noviembre y se extiende todo el mes de diciembre conocido como el “Dia de la bondad” donde cada congregación hace programas para alcanzar con alimentos, ropas y a veces hasta con asistencial emocional.

Luz en medio de la oscuridad

Nadie puede dar lo que no tiene, por lo tanto, para ser luces para los demás se tiene que estar conectados con la fuente de todo poder, y para ello el Pastor Rondón invita a las personas a dedicar tiempo al estudio de las palabras de la Biblia porque cuando “somos impactados por la Luz Divina eso nos va a llevar a compartir la luz con otro. Debemos practicar lo del salmista “Mi copa está rebosando”, así que para ser luces para otros debemos estar conectados con la fuente de toda luz y eso solo se hace a través de la palabra de Dios”.

Tradiciones y recuerdos

Tras un largo suspiro y con marcada nostalgia relata como celebraban la Navidad en Hato Mayor de donde es oriundo. “He visto que hay una diferencia de celebrar la nochebuena en los campos del este con la ciudad de Santo Domingo, por ejemplo, en Hato Mayor no pueden faltar en la cena las empanadas de yuca y los pasteles en hoja; he notado que en la ciudad mayormente lo que no falta es el moro de guandules, que a diferencia de Hato Mayor que nunca se pone arroz en la cena de nochebuena”.

El pastor Rondón hace énfasis al afirmar que las personas que han emigrado del campo a la ciudad mantienen el mismo clima de vecindad de años anteriores, con ese espíritu de hermandad y unión.