El predicador de la Iglesia Asamblea de Dios Central, Demetrio Montero Méndez, proclamó ayer que los grandes problemas sociales del país se han agravado, a causa de las ambiciones personales y advirtió que el año 2004 podría ser más desastroso que el actual, en términos políticos, económicos y de tranquilidad ciudadana.

Montero Méndez fue el expositor de la concentración que realizó ayer la Iglesia Asamblea de Dios Central, ubicada en la avenida Duarte esquina Eusebio Manzueta, en Villa Consuelo, la cual tuvo lugar en el Parque Enriquillo, con motivo de celebrarse sus 50 años de fundación.

Cientos de personas participaron en el culto especial, previo a una marcha por la avenida Duarte, en la que también participaron otros cientos de evangélicos.

El evangelista Montero Méndez advirtió que si la población se atiene a las señales que actualmente se están viendo, lo que viene para el próximo año no parece bueno.

Recomendó que no se pierda la esperanza y aconsejó a los gobernantes que traten de limpiar su conciencia y asumir sus errores y la realidad, con sinceridad.

El predicador indicó que como dominicano le preocupa y aflige la situación del país y llamó a los cristianos a fortalecer su fe, insistir en la búsqueda de la verdad y no alejarse de Dios, tras asegurar que el hombre fue creado para que en la tierra obtenga vida eterna.

De su lado, Miguel García Frías, pastor de la Asamblea de Dios Central de la avenida Duarte, consideró que la sociedad dominicana vive en un franco deterioro.

Manifestó que actualmente se vive un momento donde la palabra crisis campea en todos sus lares, porque «no hay un lugar donde la crisis familiar, económica, social, espiritual y de integridad, no se manifieste».

Expresó que si Dios no tiene misericordia de esta nación y los que la gobiernan no hacen un alto y una mirada reflexiva para cambiar de rumbo, no se sabe lo que podría ocurrir. Manifestó que cuando se llega a un grado de anarquía, se puede caer en un caos.

Para el pastor García Frías, este país tiene una capacidad de tolerancia única, al grado de que quizás otra nación no hubiese aceptado lo que aquí se soporta. Atribuyó la paciencia de la gente, a las fuertes raíces cristianas que se practican en el país.

No obstante, afirmó que la iglesia y los cristianos no pierden la esperanza de que la situación del país, mejore.

Con Biblias y panderos en mano y portando pancartas que llamaban a la conversión, la unificación de la familia, la enseñanza de los niños, la solidaridad humana y en repudio al consumo de drogas y otros vicios, adultos, jóvenes y niños participaron en el recorrido que culminó en el parque.

Con regocijo y alegría la feligresía se mantuvo por espacio de dos horas frente a la iglesia antes de celebrarse la actividad.

Los jóvenes se desplazaron en una carroza entonando cánticos y la banda de música de la Policía encabezó el recorrido junto a miembros de la iglesia que mostraban la Biblia abierta. La música de alabanza estuvo a cargo de Mini Valera y el grupo Somos Adoradores.

[b]MISION MINISTERIAL[/b]

La Asamblea de Dios Central desarrolla un trabajo social en favor de la niñez, la unificación de la familia, la formación de la juventud y el rescate de adolescentes que delinquen.

El Ministerio de Desarrollo Infantil acoge niños abandonados, a los que da seguimiento espiritual y cursos de formación. Un grupo de médicos, incluyendo terapeutas de la conducta y otros profesionales de la salud, asisten a los pequeños.

El fuerte de la iglesia es la orientación de la familia, para lo que se creó un departamento que dirige el locutor Miguel Susana, junto a su esposa.

Un ministerio orienta a la comunidad haitiana para facilitar la convivencia de estos extranjeros. También fue plantada una iglesia de sordomudos, con la finalidad de evangelizarlos.

El primer pastor de la iglesia fue Marcelino Lizardo. En la actualidad, la Asamblea de Dios cuenta con 900 templos. La iglesia central de la avenida Duarte, donde se congregan unas 900 personas cuatro días a la semana, tiene 13 filiales en proceso de desarrollo.

El pastor García Frías dijo que cuando ven la cantidad de personas que en su niñez fueron rescatadas por esa iglesia, las mujeres sacadas de la prostitución y hombres que ayudaron a abandonar la homosexualidad, muchos de los cuales son profesionales brillantes, se sienten satisfechos.