Pastor Vásquez – ¿En la ruta nubosa de los camoquins…?

Pastor Vásquez – ¿En la ruta nubosa de los camoquins…?

En abril de 1970 los hermanos Reneld y Fred Baptiste cruzaron frontera por última vez.

Vestidos de camuflage y acompañados de una docena de soñadores que, como ellos, buscaban derrocar la dictadura sanguinaria de los Duvalier, los muchachos llegaron a Anse-A-Pitre, bordearon la planicie del Tesoro y se internaron en las misteriosas montañas de Jacmel. Jamás se supo de ellos.

Los hermanos Baptiste habían intentado esa aventura en varias ocasiones, desde los días del legendario general León Cantave, quien en 1963 pasó Juana Méndez, llegó hasta Fort-Liberté y levantó a la población de Mont-Organizé para después, extrañamente, tocar retirada.

Un fatal día de abril de 1961 el escritor Jacques Stéphen Alexis sepultó su pluma de poeta para desenterrar la milenaria hacha de la guerra.

Alexis, joven dirigente del Partido Unificado de los Comunistas Haitianos, se internó en las montañas del Noroeste haitiano, llegó hasta la Mole Saint Nicolás y allí terminó su sueño, en las manos de los ebirros milicianos del duvalierismo, conocido en la tragicomedia haitiana con el nombre de «tonton macoutes».

En 1982, el periodista Richard Brisson, gran hombre de letras, salió de La Florida en una tímida barcaza y asaltó un regimiento en La Tortuga.

En La Florida, un hombre llamado Bernard Sansaricq había anunciado el envio de una avanzada guerrillera a La Tortuga y proclamaba que en los próximos días llegaría a Puerto Príncipe para tomar el control del Gobierno.

Horas después las agencias internacionales distribuían al mundo la foto de un «guerrillero», con barba y boina, vestido de verde olivo, quien había sido atrapado en La Florida cuando supuestamente intentaba salir hacia Haití.

¡Qué ironía! Días después eran cazados en La Tortuga los ingenuos jóvenes al mando del periodista Brisson, que habían creído en la aventura del siniestro personaje llamado Sansaricq.

Este Sansaricq vistióse con tinte de heroismo cuando en agosto de 1987 fue a Jeremi, provincia del Oeste haitiano, para estar presente en el juicio que se abriría a los asesinos de los mulatos, en una terrible matanza ocurrida en 1963, en la que perdió a parte de su familia, y entonces fue atacado por militares del Consejo Nacional de Gobierno.

Sansaricq volvió a estar en los teletipos de las agencias internacionales cuando se fue a las montañas del Oeste para escapar esta vez de los militares que lo habían cercado en Jeremi. Luego aparece en 1990 como candidato a Senador, protegido de Aristide, y gana ampliamiente la senaduría por su Departamento. Más tarde, Sansaricq traiciona a Aristide y participa en el funesto golpe de Estado de 1991.

Bueno, dejando a Sansaricq vuelvo a realizar un recorrido por las aventuras contra la dictadura duvalierista: en julio de 1969 salió de Bahamas el valiente coronel René León, a bordo del avión «Constellation» y bombardeó el Palacio Nacional.

Unos años antes, el sacerdote Jean-Baptiste Georges había bombardeado el Palacio en un bimotor, en vuelo procedente de Nueva York.

¿Y por qué no recordar la trágica aventura de Numas y Drouin? Pues bien, Marcel Numas y Louis Drouin eran dos jóvenes patriotas que tuvieron la valentía de llegar hasta Puerto Príncipe en una incursión guerrillera digna de un filme cinematográfico.

La aventura terminó en el fracaso, como muchas otras en contra del horror de la dictadura. El 12 de noviembre de 1964 ha quedado impregnado en la historia trágica de Haití.

En la tarde de ese día fueron fusilados en el cementerio de Puerto Príncipe los patriotas Numas y Drouin, frente a las miradas de miles de niños curiosos y asustados, que habían sido sacados de las escuelas para presenciar la horrenda ejecución.

Duvalier le llamó «camoquins» a los guerilleros, en alusión a una pildora para la malaria, que traía un ridículo soldadito y en la etiqueta.

Ahora que Guy Philippe se levanta en arma en el Norte, hay personas que pretenden comparar al Gobierno de Aristide con la dictadura de François y el regordete Jean Claude Duvalier.

!Qué barbaridad! ¡Qué rápido avanzó la guerrilla de Philippe! ¿Por qué no avanzaron así las guerrillas de Brison, Cantave y los hermanos Baptiste? Así es muy fácil inventar guerrillas con un Gobierno débil donde el invento de la comunidad internacional dejó a un Estado (?) desprotegido, sin un ejército.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas