Las parroquias del país se preparan para una Semana Santa cargada de actividades, no solo para los feligreses adultos, sino también para niños, adolescentes y jóvenes. La participación es siempre masiva y en crecimiento.
Muchas expresiones conforman el programa a desarrollar en la diferentes regiones del país; confesiones, retiros espirituales, peregrinaciones, viacrusis y momentos de reflexión caracterizan la Pascua Juvenil.
Este año la palabra clave de la jornada es “participar”, a través de la cual pretenden hacer un llamado a este segmento poblacional para que se empodere del evangelio y asuma un rol protagónico.
Al participar en la Esquina Joven de Hoy, coordinadores de la Pastoral Juvenil expresaron la importancia de motivar e insistir para que los jóvenes se involucren en las actividades cristianas.
Entienden que es la opción idónea para rescatar a los muchachos de la descomposición social y falta de valores que golpea a la sociedad.
Contaron su experiencia dentro de la Iglesia Católica, los jóvenes líderes Alexis Marte, Juan Alexander Pascual, José Mézquita, Edgar Santana y Yaqueris José de la Cruz, quienes hicieron referencia también a los problemas sociales que aquejan a la juventud.
En este asueto de la Semana Santa, más que tomarlo para vacacionar, consideran debe ser para integrarse a las diferentes actividades religiosas que se organizan en las parroquias.
“Cada joven vivirá muy de cerca la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Los jóvenes estamos comprometidos en llevar a Jesús a cada rincón de la sociedad”, expresaron.
Indicaron que la Pascua es un paso, “un cambio de la muerte a la vida”.
Manifestaron que la juventud no debe acomodarse al estilo de vida negativo, sino adoptar una mentalidad de cambio permanente para tomar lo bueno y deshacerse de lo malo que ofrece el mundo de hoy.
Formación religiosa. Lamentaron que en las escuelas ya no se esté impartiendo como asignatura la formación humana y religiosa, lo que ha incidido en el auge de la delincuencia y la criminalidad. De igual manera, consideran que Dios debe ser el centro de toda familia y que esto se ha ido perdiendo.
En ese sentido, abogaron por políticas públicas más efectivas que contribuyan a fortalecer la célula más importante de toda sociedad.
Se quejaron de que hay varias instituciones que trabajan el tema, pero de manera disgregada, lo que no garantiza efectividad.
Los jóvenes de la Pastoral también expresaron su pesar por el auge de la delincuencia y demandaron que el problema sea enfrentado con mayor seriedad y carácter.
“La violencia se ha incrementado de tal forma que muchos hechos de agresión los vemos como algo normal. La armonía, la amabilidad social y personal, al parecer, están en crisis”, indicaron.
Durante el conversatorio los representantes de la Pastoral Juvenil explicaron que es indispensable que cada persona se humanice y supere su etapa primitiva, porque de lo contrario en un tiempo no muy lejano el sistema sería insostenible.
De acuerdo a lo expresado por los jóvenes es necesario que cada ciudadano desarrolle en su entorno gestos de amabilidad, paz, amor y cero violencia.