Patentar las variedades vegetales obtenidas mejora economías locales

Patentar las variedades vegetales obtenidas mejora economías locales

Ginebra (EFE).- La protección con patentes de las variedades vegetales obtenidas por medio de investigaciones aporta beneficios a las economías locales, ya que consolida las inversiones tecnológicas, incentiva la búsqueda de variantes más económicas y de mayor rendimiento y aumenta la competitividad de los agricultores.

Eso es lo que defiende la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) a través de un informe que hizo público hoy en Ginebra y en el que se estudian los casos concretos de Argentina, China, Kenia, Polonia y Corea del Sur.

«Todo país que no proteja sus variedades vegetales corre el riesgo de perder competitividad y de impedir que sus agricultores salgan del círculo de la producción de subsistencia», indicó el vicesecretario general de la organización, Rolf Jordens, en conferencia de prensa.

La UPOV es una organización intergubernamental con sede en Ginebra que busca proporcionar y fomentar un sistema eficaz para la protección de las variedades vegetales, con miras al desarrollo de nuevas variantes que beneficien a la sociedad.

Por ello elaboró en 1961 una convención que de momento ha sido suscrita por 60 países y organizaciones internacionales, entre los que se encuentran la Unión Europea (UE) y la mayor parte de los países latinoamericanos, aunque hay destacadas ausencias como India, que tramita su incorporación, o Tailandia.

Para Jordens, la adopción del sistema de la UPOV de protección de variedades vegetales y la adhesión a la organización «brindan la oportunidad para el desarrollo económico de los países, en particular del sector rural».

Del informe se deduce que la protección de las obtenciones vegetales supone un incentivo eficaz para la mejora del cultivo de semillas, lo que se traduce en la creación de nuevas variedades que aportan beneficios a agricultores, productores y consumidores.

En ese sentido, destaca que, junto a otras formas de propiedad intelectual, el sistema de protección de variedades vegetales ayuda a consolidar los avances de la tecnología en el ámbito de la mejora de las plantas («fitomejoramiento») e incrementa sus alcances.

Además, permite avanzar hacia la obtención de variedades vegetales de mayor rendimiento, lo que lleva a reducir el precio de los productos acabados para el consumidor final, así como de mejor calidad, lo que se traduce en productos más valorados y atractivos comercialmente, según el citado informe.

Para la UPOV, el sistema también elimina obstáculos para la comercialización de los nuevos productos, lo que, a su vez, redunda en beneficio de los agricultores.

Otros aspectos beneficiosos están relacionados con la salud, ya que según la UPOV, permite obtener vegetales más nutritivos para sus consumidores o más resistentes al estrés o a las enfermedades que sufren las plantas.

En el caso concreto de Argentina -que se unió al sistema en los años 70-, el informe asegura que entre la década de los 80 y la de los 90 la media anual de títulos de propiedad registrados entre agricultores domésticos aumentó el 267 por ciento.

Destaca, por ejemplo, el incremento de títulos de propiedad concedidos para el cultivo de variantes de soja y trigo, principalmente en el sector privado argentino.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas