No es necesario fundir nuestras neuronas para llegar a la conclusión de que la paternidad irresponsable es el embrión de muchos de nuestros grandes males sociales, incluyendo la corrupción y la inseguridad. Desertar de los deberes paternos cuando más necesitan los hijos de esa guía de vida es como sembrar en tierra fértil una semilla de vulnerabilidad que termina exponiendo a los descendientes a los vínculos nocivos y las malas prácticas que germinan en la ausencia de valores y principios familiares.

Tal vez sea útil estudiar la historia de vida de cada joven que se haya hundido en los vicios y el delito, nada más que para confirmar accidentes existenciales provocados por la ausencia de aquellos padres que entienden la paternidad a partir de su ejercicio viril en la procreación. Aún en la ruptura de la unión conyugal, la responsabilidad paterna debe ser un principio inquebrantable, un escudo protector para los hijos.

En este Día de los Padres queremos llamar la atención acerca de la necesidad de que los hombres que han desertado de sus deberes de padre retomen las responsabilidades ante los hijos, no solo desde el punto de vista de la manutención económica, sino de la alimentación en valores y principios. Vaya nuestro reconocimiento y admiración para todos los hombres que se mantienen firmes en la paternidad.

DIPLOMACIA AL ESTILO SUPPLICE

Daniel Supplice se ha jugado la carta de diferenciarse de otros embajadores que ha tenido Haití en la República Dominicana, cuya diplomacia, contrario a todas las acepciones que tiene el término, consistía en justificar cada una de las barbaridades del régimen de turno en ese país. Su carta al Presidente Michel Martelly, exponiéndole lo impropio del trato que se da a los haitianos, es un ejemplo de diplomacia responsable como pocas veces, por no decir ninguna, haya ejercido un embajador haitiano adscrito a nuestro país.

A diferencia de tantas ONG y personalidades que viven de la tragedia del pueblo haitiano, Supplice ha predicado en favor de sus derechos a una identidad, a tener algo que afirme que ellos existen. En las circunstancias actuales, el suyo es un gesto que valoramos y agradecemos.